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La Comissió d'Urbanisme de Mallorca aplazó ayer, por tercera vez, la aprobación de la programación de licencias que desde hace dos años aplica el Ajuntament de Calvià, por las dudas jurídicas que continúa planteando. Hace casi un año, el 27 de junio de 2000, esta comisión decidió aparcar la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana por la inseguridad jurídica de los cupos de licencias. Poco después, el 17 de julio, Urbanisme aprobó el Plan General, pero excluyó esta cuestión.

Ayer, PSOE, PSM y EU-Els Verds forzaron la retirada de este punto del orden del día, argumentando la necesidad de estudiar los nuevos informes y sentencias que avalan la legalidad de los «números clausus» en las licencia de obras. «Sería precipitado resolver ahora», aseguró el nacionalista Antoni Alorda. Unió Mallorquina también se manifestó a favor de aplazar el debate. Miquel Nadal expuso que «la medida de Calvià no es mala, todos los grupos estamos a favor de la protección del territorio y UM también, pero hay que respetar la legalidad jurídica». Con estos argumentos, Rafael de Lacy, presidente de la comisión, dejó sobre la mesa este punto. «Ahora se tienen que valorar si se tiene que hacer una reforma legislativa o no para regular los cupos».

El Partido Popular fue especialmente crítico con esta decisión de Urbanisme. Antoni Llamas, que sustituyó a Joan Verger, denunció la incapacidad de la Comissió d'Urbanisme para resolver este tema. «Resulta extraño y espurio plantear una modificación puntual iniciada en el planeamiento anterior. Todo para atender los caprichos de la señora Nájera». «No es de recibo retrasar un mes más esta decisión. Los ciudadanos exigen que la Administración sea rápida y eficaz», aseguró Llamas.