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J. ROSSELLÓ/M. BAUÇÀ Las obras iniciadas días atrás consisten en la instalación de un kiosko-bar para la venta de bebidas en unos terrenos pertenecientes al Obispado, cercanos al oratorio de Portals Nous. El proyecto prevé la dotación de una serie de infraestructuras subterráneas (alcantarillado, agua potable y cableados), cuyas obras ya han comenzado. La futura caseta en la que se despacharán las bebidas y los aseos adjuntos serán construidos mediante una técnica de módulos prefabricados. Los vecinos de esta zona de Portals ya han advertido su rotunda oposición a este proyecto por múltiples motivos. «¿Qué necesidad hay?», se pregunta un portavoz de la comunidad de propietarios próxima. En su opinión, este proyecto es una «barbaridad» que contradice el discurso del Ajuntament de Calvià.

El portavoz vecinal dice que es incomprensible como la alcaldesa, Margarita Nájera, «se llena la boca de que basta de construir, del crecimiento sostenible, y luego permite una obra como ésta en una zona verde y sobre un acantilado en primera línea». «El discurso es uno y los hechos son otros», agregó. El colectivo vecinal que agrupa a unas 40 familias anuncia que acudirán «a la vía judicial» y que tienen previsto interponer un recurso contencioso administrativo contra las autorizaciones otorgadas por el Ajuntament y Demarcación de Costas.

Los vecinos temen que la apertura de este bar implique una pérdida de tranquilidad para la zona al ser ésta frecuentada por jóvenes cuyas motocicletas producen ruidos molestos. También temen que el chiringuito tenga música y que esté a muy alto volumen. La licencia municipal fue otorgada por la Comisión de Gobierno de Calvià el pasado mes de abril. Fuentes municipales indicaron que a los promotores de la caseta se les ha exigido mucho para autorizar este proyecto.