Las restricciones que sufrían los vecinos de Deià desde principios
del mes de julio han cesado gracias a la puesta en funcionamiento
de una potabilizadora para mejorar la calidad del agua hallada en
el último sondeo realizado por el Ajuntament en la zona de es
Verger. La planta potabiliza nueve metros cúbicos de agua por hora
y hasta ayer ya se habían tratado 2.431 metros cúbicos del nuevo
pozo. Aun así, Francesc Salas, alcalde de Deià, asegura que el agua
para abastecer al municipio, procedente del nuevo pozo y de sa Font
des Molí, «es muy justa; en cuanto haya un fallo en la
potabilizadora, automáticamente se tendrán que aplicar
restricciones».
La explotación del pozo se realiza, de momento, con una
autorización provisional de la Conselleria de Medi Ambient, que no
otorgará la concesión final del pozo hasta tener un informe
favorable del Instituto Geológicominero Español. La planta
potabilizadora y las obras necesarias para la conducción del agua,
cuyo coste asciende a 30 millones de pesetas, han sido financiadas
por la empresa concesionaria del abastecimiento de agua Gestión de
Servicios Urbanos de Baleares (Gesba), aunque Salas tiene la
intención de reivindicar al presidente del Govern, Francesc Antich,
aportación económica para paliar este gasto.
Fuentes de la concesionaria han destacado que con la explotación
del nuevo pozo se revisarán las tarifas de agua a la baja, ya que
es más barato tratar el agua en la potabilizadora que comprarla. El
metro cúbico del agua de la potabilizadora cuesta de 350 a 400
pesetas, mientras que el metro cúbico del agua comprada vale 900
pesetas. Además, la concesionaria y el Ajuntament tienen intención
de endurecer aún más el abuso en el consumo de agua con las tarifas
progresivas. De hecho, Deià es el único municipio de la Isla con
tarifa estacional. En verano, los ciudadanos pagan un complemento
en las tarifas de agua.
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