Las principales quejas de los residentes se deben a que durante
la noche se producen destrozos en las verjas de los chalés, arrojan
piedras a las puertas y ventanas y apenas dejan dormir. El malestar
de los vecinos se acrecienta cuando tienen conocimiento de que
determinadas empresas recogen turistas de zonas como el Port de
Pollença o Cala Millor para realizar la denominada «ruta del
bakalao» en Punta Ballena.
Los afectados consideran que el Ajuntament de Calvià tiene buena
parte de la culpa por consentir esta situación que degrada la zona.
Además de reclamar más presencia policial y que los agentes «no
sean tan permisivos»,los vecinos critican el hecho que la
alcaldesa, Margarita Nájera, no quiera afrontar con valentía y
decisión este problema: «La alcaldesa sólo está para colgarse
medallas».
El presidente de los taxistas de Calvià, Matías Cantarero,
criticó que «Punta Ballena se vende como una atracción, un lugar
para beber y hacer sexo en la playa; esto es pan para hoy y hambre
para mañana; diversiones cutres». Los taxistas son uno de los
colectivos más perjudicados por los golpes que a menudo reciben los
vehículos de parte de jóvenes embriagados. El director del hotel
Comodoro, Sebastià Ramon, lamentó que cada mañana tiene que ordenar
limpiar las aceras y las zonas verdes de la suciedad arrojada
durante la noche para evitar las quejas de los huéspedes.
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