Las nuevas instalaciones de la hospedería de la ermita de la
Victoria se convirtieron ayer en el centro de todas las miradas en
la jornada festiva de la Mare de Dèu, en la que no faltó tampoco el
tradicional baile del alcalde Antoni Alemany que no dudó al
dirigir, como manda la tradición, a la banda municipal tocando
«Paquito chocolatero».
El obispo, monseñor Teodor Ubeda, inauguró oficialmente,
acompañado de las autoridades locales y de los responsables de la
obrería, las nuevas instalaciones de la hospedería de la ermita que
cuenta con doce habitaciones con baño y una sala comedor.
La rehabilitación de la hospedería ha sido promovida por la
obrería de la Mare de Dèu de la Victòria, integrada por más de
doscientas cincuenta personas, la mayoría de ellas de Alcúdia. El
alcalde Alemany explicó emocionado que «he vivido con ilusión la
inauguración de la hospedería porque como alcalde me tocó cerrar la
anterior».
Alemany se vio obligado a decretar el cierre de la hospedería a
finales de los años 80 después de que los arquitectos avisaran del
estado de ruina inminente. La rehabilitación del edificio, ha sido
subvencionada parcialmente por el Govern balear con 60.000 euros
(10 millones de pesetas), pero aunque el presupuesto inicial era de
80.000 euros (13 millones de pesetas), la realidad es que el coste
final de la reforma se ha disparado por lo que la obrería ha tenido
que recurrir al Obispado para obtener un crédito mucho mayor del
que todavía quedan pendientes de pago 180.000 euros (30 millones de
pesetas). Así lo recordó el obispo Teodor Úbeda durante la
eucaristía.
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