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Inca viaja atrás en el tiempo para transformarse este fin de semana en una ciudad medieval. Una treintena de acróbatas toman desde ayer las calles de la ciudad, en un espectáculo que pondrá el punto final a las tres tradicionales ferias previas al Dijous Bo.

Los artistas y expositores de la Fira d'Época a punto estuvieron de no llegar a Inca y es que el temporal del viernes impidió durante horas a los especialistas coger el barco desde Valencia y Barcelona. Finalmente a las 13 horas, un pasacalles de músicos, acróbatas, malabaristas y equilibristas anunciaba ayer a viva voz el inicio del espectáculo.

La Fira d'Época es una de las más esperadas en la localidad, por su espectacularidad. Este año se han establecido cuatro zonas diferentes de actuaciones circenses, la plaza de España, la plaza del Àngel, la plaza Verge de Lluc y la calle Miquel Duran. Cerca de ochenta expositores venden además productos artesanales en los distintos stand.

Anoche la feria, ahora de época, otros años medieval, retomó además el espectáculo, inspirado en el Sant Antoni de sa Pobla con el que se simula el incendio de la Casa Consistorial, todo un éxito.

Las muestras, puntos de venta y actuaciones circenses proseguirán hoy durante todo el día.