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T.O.
El aparcamiento privado subterráneo de la plaza de Can Pere Ignasi, en pleno corazón urbano, es objeto de duras e insistentes críticas por parte de vecinos, propietarios de plazas de estacionamiento y grupos políticos de la oposición del Ajuntament. La empresa adjudicataria tiene la concesión del polémico aparcamiento de dos plantas (con capacidad para más de 100 vehículos y puesto en marcha hace menos de tres años) por un plazo de 80 años. La planta inferior está inutilizada, y cuando llueve múltiples goteras provocan grandes charcos en el interior. Asimismo, se denuncia la falta de control, siendo, por todo ello «una instalación deprimente».

Por otra parte, el aparcamiento en cuestión no está abierto al público en general y la empresa promotora no ha conseguido vender excesivas plazas a los vecinos. Para la oposición, el proyecto «es un fraude». Tanto UM como PSM coincidieron ayer en advertir que el PP «ha engañado el pueblo y los problemas de aparcamiento en Campos son de cada día más graves». Asimismo, los nacionalistas apuntan que no tienen constancia de que los gestores privados dispongan de la licencia de actividad ni tampoco de garantías de seguridad exigidas.

En opinión de Guillem Ginard, de UM, en conjunto, teniendo en cuenta también la controvertida remodelación de la superficie de la explanada, «era una propiedad del pueblo que se ha prostituido. No es una plaza popular; mucha gente incluso evita pasar sobre ella. El aparcamiento es un niu de brutor y la imagen reflejada supone una bomba atómica para la estética del centro de Campos, que tiene que ser declarado conjunto histórico-artístico próximamente». Joan Juan, del PSM, recordó que ya hace unos dos años presentaron un recurso y un escrito de denuncia al Consell. «Y todavía albergamos esperanza de que nos contesten pronto y se tengan que restituir las deficiencias de la obra, subsanando el incumplimiento de las Normas Subsidiarias».