La mayoría de los agraciados con el premio «Gordo» han sido
trabajadores del sector turístico, complementario y del pequeño
comercio de Cala Rajada. La pasada temporada turística había dejado
en muchos hogares oscuros presagios para un invierno que se
presentaba muy frío y con algunas estrecheces. Las expectativas
depositadas en el turismo no se cumplieron hasta el punto que
muchos no pudieron completar la temporada. Sin embargo, ayer, la
diosa fortuna se les apareció y lo que era pesimismo y cuestas
difíciles de ascender se conviertió en fiesta, alegría y optimismo
desenfrenado. «Nos lo meremos, todos nos lo merecemos porque lo
hemos pasado muy mal, ha sido muy duro».
De hecho, muchos hogares de Capdepera y Cala Rajada de momento
ya preparan unas navidades mucho más dulces de lo que esperaban.
Otros preparan viajes y algunos se quedarán igual pero a sabiendas
de que la inyección propiciada por el 42.473 les permitirá estar un
poco más tranquilos y reponer fuerzas para afrontar con más ánimo y
optimismo la próxima temporada turística. Conocedor de la triste
realidad en que vivían muchos de los residentes en Cala Rajada, el
alcalde de Capdepera, Joan Ferrer, abandonó una reunión para acudir
a la Administración y sumarse a la fiesta. Ferrer que fue agasajado
por los agraciados entre los que no se encontraba él, manifestó su
satisfacción porque «la verdad es que la temporada ha sido mala por
lo que muchos trabajadores no pudieron cumplir sus expectativas.
Ahora todo ha cambiado e incluso les servirá para afrontar la
próxima temporada con más ganas».
Para Ferrer, el hecho de que el «Gordo» haya recaído en su
localidad no sólo es positivo para los ganadores sino para todo el
municipio. «Hay que tener en cuenta que ahora la gente podrá
comprar una casa, quien tenga un negocio lo podrá ampliar o
invertir en otras cosas, todo el municipio se beneficiará de este
premio», concluyó.
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