Cansados de reclamar a la conselleria d'Educació del Govern,
unos cincuenta padres y madres de los alumnos salieron ayer a la
calle a protestar. Reivindicaron el derecho de sus hijos a acudir a
un colegio digno que paradójicamente es de nueva construcción, ya
que abrió sus puertas a principios de este curso.
«El edificio aún no ha sido recepcionado por parte del
Ajuntament, por este motivo el colegio funciona con un contador de
obra que coge corriente de una farola y nos quedamos sin luz
continuamente, con lo que el comedor que aún no ha sido construido
tampoco puede estar en funcionamiento», manifestaba la presidenta
de la Amipa.
Además reivindican una plaza de profesor de pedagogía
terapéutica que «ya fue asignado porque una niña lo necesitará y
ahora nos dicen que no vendrá».
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