La entrada en vigor de la Ordenanza Reguladora de Aparcamiento
(ORA) en las calles del centro de Campos empieza a suscitar las
primeras críticas.
Los primeros en mostrar su malestar han sido los comerciantes
cuya actividad empresarial radica en calles como la de Nunyo Sans,
Major, Convent, Santanyí o Antoni Maura, después de escuchar por
boca del alcalde de Campos, Andreu Prohens (PP), las condiciones
que regirán el funcionamiento de la ORA.
El propio Prohens, acompañado por la teniente de alcalde,
Magdalena Rigo, y un representante de Dornier -la empresa
concesionaria que velará por el cumplimiento de la ordenanza
reguladora de aparcamiento-, convocó el pasado viernes a los
propietarios de los comercios que han quedado englobados en el
perímetro de la «zona azul» para informales, entre otras cosas, de
que no podrán estacionar sus vehículos frente a sus negocios a
menos que la dirección de éstos coincida con el domicilio de su
residencia habitual.
De esta manera, algunos comerciantes que regentan un negocio en
las calles afectadas por la zona ORA, pero residen en otro lugar,
han explicado a este diario que no les quedará más remedio que
solicitar la concesión de un «carga y descarga» para poder seguir
desarrollando su actividad comercial de forma idónea y rentable.
Tal es el caso de algunas panaderías, que necesitan de una plaza de
estacionamiento frente a su local para descargar sacos de harina y
combustible para los hornos.
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