Desde ayer por la tarde, los casi diez mil vecinos del barrio de Crist Rei pueden reciclar a diario los residuos orgánicos. El Ajuntament terminó ya la instalación de los contenedores marrones donde se podrán tirar las bolsas de plástico especiales que ya se han repartido casa por las casas durante estas semanas y que, a partir del próximo 2 de octubre, podrán comprarse por un euro en diferentes supermercados y papelerías de la zona.
«Un ciudadano perfecto podrá ahora desayunar sin tirar nada al contenedor verde», explicaba ayer la concejal de Mantenimiento Rosa Maria Tarragó, que detalló que tanto los restos de fruta, como de comida y jardinería podrán tirarse a diario a los cubos marrones, e incidió en la necesidad de que los vecinos sigan reciclando vidrio, envases, cartón y papel.
El Ajuntament quiere extender la recogida orgánica de forma progresiva a toda la ciudad a lo largo de 2008 y calcula que, cuando todo funcione, se podrán ahorrar hasta 54.000 euros anuales que ahora se pagan por incineración. Según los cálculos municipales, los residuos orgánicos representan unas seis mil toneladas diarias y, en principio, el objetivo es lograr que en una primera fase se recicle un diez por ciento de esa cantidad, es decir 600 toneladas al año.
El alcalde del municipio, Pere Rotger, detalló que el último lugar al que llegará la recogida orgánica detro del municipio será el centro. Esta medida se debe a la dificultad para ubicar los nuevos contenedores en esta zona. «Muchas calles son estrechas y es difícil encontrar sitios donde colocarlos sin que molesten a los vecinos», explicó el primer edil. A lo largo de estos días, los técnicos del departamento de Servicios del consistorio recorrerán los bares, restaurantes, colegios y comercios de Crist Rei para instalar contenedores marrones dónde sean necesarios.
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