Desde SFM han anunciado además que revisarán todas las estructuras situadas en el corredor de la vía que llega hasta Manacor para comprobar la estabilidad y el estado de todas las construcciones.
Garantía
Tras la revisión de los puentes, los muros y de todo aquello que pueda interferir en las vías, provocar accidentes o interrumpir el servicio de transporte que ofrece el tren será detenidamente revisado por técnicos especialistas. Unas comprobaciones que servirán para encontrar los posibles problemas de la línea y para evitar que las deficiencias se detecten fuera del periodo de garantía de las obras.
Desde la Conselleria de Medi Ambient i Mobilitat se estudiará la manera de que «los ciudadanos no paguen una reparación de una infraestructura defectuosa». No es la primera vez que se detectan deficiencias en la construcción de la línea ferroviaria. Los problemas de construcción registrados en el puente de Son Fogó tienen un claro precedente: el muro de contención que cedió y provocó el descarrilamiento del tren, muy cerca de Sineu, en el que una treintena de personas resultaron heridas.
Pero de momento la unión temporal de empresas Melchor Mascaró-COMSA-ISOLUX ha iniciado la reparación del puente de Petra. Estas empresas cobraran por el trabajo hecho pero desde SFM pretenden recuperar el coste de las obras mediante la garantía que figura en el contrato con la empresa constructora del puente. Una reparación que constituye un primer paso en el camino que lleva a la reapertura del servicio de tren entre Sineu y Manacor.
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Asumir los costes de unas deficiencias producidas por una empresa adjudicataria no es de recibo, pero si que es de recibo asumir la responsabilidad de unas inspecciones y un mantenimiento que es evidente no se ha estado realizando desde la construcción de este despropósito que es la línea de Manacor. A menos de un año de las elecciones ahora vuelven las prisas políticas, y mucho nos tememos los ciudadanos que se vuelva a repetir este despropósito de irresponsabilidad con las obras que a todo tren se intentan llevar a cabo, tanto en la electrificación como en la extravagante línea de Artá. Veremos que invento harán los señores de Mobilitat para acelerar unas obras que durante casi tres años han estado paradas por caprichos burocráticos o políticos. Lo indignante es que ya están empezando a enseñar las orejas de lobo con los trabajadores, pretendiendo saltarse las normas de seguridad que rigen en la línea con propuestas cuanto menos psicodélicas y llenas de inseguridad. Y a este ritmo lo único que conseguirán es más crispación de la que ya hay a nivel social.