El sector reivindica el valor de un producto turístico que «aunque es minoritario, genera muchos ingresos y contribuye a la desestacionalización». Piden a las administraciones que no se olviden de ellos en la promoción turística exterior.
El coto de la Victoria (Alcúdia), ubicado en la mayor finca pública de Mallorca, se convirtió en 2008 en el primer vedado de caza mayor de Balears en el que los cazadores internacionales podían cazar legalmente el boc balear, uno de los cuatro grandes cápridos de España.
Habían pasado cuatro años desde que el Safari Club Internacional (SCI) reconociera por primera vez al boc balear como especie diferenciada en su Record Book con el nombre de Balearean goat. Se convertía así en un gran atractivo en el mundo deportivo de la caza mayor internacional pues esta especie solo se puede capturar legalmente y con certificado homologado en la Isla.
Actualmente hay cinco cotos en Mallorca integrados en la Associació de Cotos de Caça Major. La mayoría son privados pero el de Alcúdia, gestionado por la asociación de cazadores local, sigue siendo un coto sin ánimo de lucro.
«El dinero se invierte en la conservación del propio monte y tenemos los presupuestos al límite», explica su vicepresidente Joan Josep Hernández.
«El año pasado tuvimos una única venta y este año, aunque tenemos clientes interesados en venir, no se concretan las reservas principalmente por las dificultades de movilidad internacional y la sensación de inseguridad», dice.
Sus principales clientes son americanos de familias pudientes que vienen a España para cazar los cuatro grandes cápridos del país. «Es un turismo que desestacionaliza y genera numerosos ingresos porque vienen cazadores de alto standing acompañados de sus familias que se suelen alojar en hoteles de interior o villas y gastan entre 3.000 y 15.000 euros en la zona durante su estancia que tiene una duración media de cinco a seis días», explica Juan José Hernández.
La temporada alta arranca a finales de febrero o principios de marzo.
Francisco Santandreu, responsable del coto de caza mayor de Cala Murta coincide en que la situación es crítica con la pandemia: «El año pasado solo tuvimos una venta en Cala Murta y todo depende de la COVID-19. Aún así vemos que la gente quiere venir y tenemos que cuidar lo que tenemos como un tesoro».
Mantener la pureza del boc balear es vital para no perder las certificaciones que tantos años costó conseguir. «Confiamos en que el turismo de caza mayor vuelva. La gran pregunta es ¿cuándo?», dice Joan Josep Hernández de la Victòria.
20 comentarios
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@Para todos los que están en contra de la caza: invito a que se pongan en lugar de las personas que por necesidad, o diversión y para comer sano, cultivan un trozo de tierra lindante con la Tramuntana. Se imaginan llegar para trabajar, regar las plantas, etc. y encontrarse con una manada de 20 cabras que de noche se han comido todo lo que han encontrado sembrado y natural como las hojas de los higos chumbos. No es tan solo la decepción, el gasto ocasionado en abono, semillas y otros, las horas de trabajo que has invertido para que luego te encuentres con que han arrasado todo lo que sobresale de la tierra. Ruego a estas personas que comprendan que para comer caracoles, langosta, etc. se tiene que meter a estos animales en agua hirviendo, hacerlos padecer hasta su muerte. Para vestirnos con sedas debemos meter los capullos en agua también hirviendo para evitar que la mariposa no salga y corte el hilo de seda. Igual muerte padece la cochinilla para la elaboración de los pinta labios.
Para mantener a raya la sobrepoblación de cabras, otro motivo es su efecto destructor sobre las paredes de piedra seca, de muy costosa restauración.
En la serra lo que hay son cabras asilvestradas de escaso valor cinegetico (en la península se ríen de que se cace esto aquí) que hacen mucho daño a la flora endémica y deberían ser gestionadas. Que baje la caza de este animal no es una buena noticia.
És un indicio clarísimo de que los de vox tienen la polvora mojada.
@Kendu. Presupones mucho. y mezclas churras con merinas. Las carreteras son consecuencia de la demanda. Mientras todos los llonguets, todos los fines de semana, quieran ir a Alcudia o a la Colonia y, a ser posible llegar en 20 minutos y todos los de los pueblos quieran bajar a los centros comerciales de Palma, también en 20 minutos, la consecuencia son carreteras. Mi abuelo nunca necesitó autopistas. No tuvo coche, no se movía de su barrio. y si, de vez en cuando tenía que visitar la familia de los pueblos, pues iba en tren o autobus ¿Cuántos coches hay en tu familia?
Pagar por matar, menudo deporte.
#Vicente. De asilvestrado nada. No confundir con el ganado caprino (no cabruno). La cabra salvaje mallorquina, además de autóctona, se considera un animal salvaje.
¿Se puede hablar de caza mayor cuando se trata de cabruno, no salvaje, sino asilvestrado?
Cuando se ha roto el equilibrio en la fauna y hay demasiadas cabras. No hay osos , lobos ni águilas que las depreden.Esquilman flora autóctona como el margalló, Comen pasto, hierbas, brotes, , flores y tallos y pueden llegar a alterar el ecosistema, por lo que hay que eliminar algunas. Algunos pueden preferir eliminarlas a besos y otros aprovechar y crear riqueza cuando hay que hacer la selección. Los psudoecoanimalistas de salón se llevan las manos a la cabeza, pero llevan pulsera, carteras y zapatos de la piel de una animal, y prendas de lana que previamente han sido rapadas les guste o no, dejando a las ovejas sin protección natural. Les recuerdo que los vegetales también sufren, está demostrado en viveros que crecen mejor con música clásica.
No puedo empatizarme con un individuo cuya afición consista en provocar la muerte a otro ser vivo.