Antònia M. Mulet, Catalina Mas, Miquel Sastre, Jerònia Oliver y Joan Mulet. | ESSAIG.CAT

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Era 1972 y un grupo de jóvenes de Algaida mostraban sus inquietudes culturales y de país. Por ello y bajo el auspicio del notario Joan Verger optaron por crear la primera delegación de la Obra Cultural Balear (OCB). A partir de allí cursos de lengua catalana, de cocina, actuaciones teatrales, conferencias, exposiciones o la recuperación de tradiciones fueron y han sido a lo largo de 50 años las bases de este movimiento cultural por el que de una u otra manera han pasado cientos de vecinos.

Sin duda dentro de la trayectoria de la OCB de Algaida hay que destacar dos hitos muy importantes para el municipio. El primero fue la recuperación de los bailes de los Cossiers. Durante las fiestas de Sant Honorat de 1973 los Cossiers volvieron a salir a la calle después de unos años sin actuar. La propuesta fue liderada por Biel Majoral que, junto con Toni Rei como flabioler, volvieron a poner en danza esta antiquísima tradición.

El otro hito ha sido la creación de la revista Es Saig. Fue en diciembre de 1980 cuando salió el primer número bajo la dirección de Delfí Mulet y con Pere Mulet como alma mater. La revista, y boletín informativo de la OCB local, realizó una importante labor de normalización. Ahora, 40 años después, Es Saig cuenta con una versión digital y mantiene su presencia en papel 11 meses al año. Además la OCB también recuperó fiestas como la de en Camestortes, durante el carnaval o la representación teatral de Els Reis.

Estos días y para celebrar la efemérides se ha realizado un pequeño acto. La presidenta de la entidad, Antònia Maria Mulet, fue la encargada de recordar los 50 años de trayectoria y se distinguió a presidentes y socios. El acto también contó con la glosa de Jaume Toledo y se entregó un pequeño libro con obra gráfica de Catalina Martorell, Jaume Torres, Margalida Capellà, Bartomeu Salas y Víctor Andreu.

Ahora mismo uno de los retos de la delegación algaidina de la OCB es sin duda atraer a los jóvenes. Mulet explica que «nos cuesta encontrar un relevo generacional. Notamos un cierto desinterés». «Sin duda el reto de futuro es atraer a al gente joven. No solo para integrarse a la OCB, sino también para seguir el trabajo de la revista Es Saig», indica Mulet. Aún así ya siguen con proyectos para seguir acercando la lengua catalana y la cultura muchos años más a los vecinos.