Los efectos de la Xylella. La temida bacteria aceleró la muerte de numerosas plantaciones de almendros, en su mayoría, fincas con árboles muy viejos y en bastantes casos abandonadas. Ello provocó la pérdida de superficie productiva, unas hectáreas que poco a poco se van recuperado. | T. GARCIES

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Buenas previsiones para la campaña de almendra de este verano. Cuando están a punto de empezar a recogerse los primeros frutos, desde la organización agraria Asaja estiman que la producción de este año será un 22 % superior a los datos recogidos en 2023. El sector estima que en el conjunto de Baleares se recolecten hasta 2.700 toneladas de almendra en cáscara.

La superficie productiva en el conjunto del archipiélago también se ha incrementado. El presidente de Asaja, Joan Company, estima que en la actualidad hay unas 9.550 hectáreas productivas frente a las 9.508 de la campaña anterior, la mayoría de ellas ubicadas en la isla de Mallorca. Cabe señalar que no todos los campos de almendros se consideran productivos, ya que muchos no se cultivan, son para consumo propio, o también se vieron afectados por la Xylella y los árboles están muertos. Pese a ello, Company recuerda que el aumento de superficie productiva se debe a la aplicación del Plan de Reestructuración de los frutos secos impulsado por la Conselleria d'Agricultura y también importante para paliar los efectos de la temida bacteria. La superficie de almendros representa a día de hoy el 7 % de la superficie agraria productiva de Balears, recalcan desde Asaja.

Por lo que se refiere a la producción en toneladas esta es variable en función de las campañas. En 2022 se recolectaron unas 2.980 toneladas de almendra en cáscara, mientras que el año pasado la cifra bajó hasta las 2.200 toneladas. Por contra para este año, las previsiones del sector es que se consigan unas 2.700 toneladas.

Los precios también han sufrido oscilaciones importantes. Si bien el ‘boom' de precios de la almendra ya no existe –como también ha ocurrido en cierta forma con los precios de la algarroba– para este año se estiman importes similares al 2023. El año pasado el precio del bessó de la almendra en prueba osciló entre los 3,30 y los 3,70 euros el kilo en función del operador comercial. Mientras que para esta campaña se esperan que los precios oscilen entre los 3,50 y los 3,60 euros por kilo, también teniendo en cuenta el calibre –tamaño– que tenga el fruto. En este sentido hay que destacar las producciones que se hacen en plantaciones de almendros de regadío, con una rentabilidad diferente a las de secano.

La producción ecológica de almendra también va al alza ya que ronda las 2.100 hectáreas, ello supone un 22 % de la superficie total de ametllerar.