La Sala de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
(TSJA), con sede en Granada, ha denegado la incapacidad permanente
total solicitada por una vecina de Morón de la Frontera (Sevilla),
en una sentencia en la que reitera que el trabajo doméstico no
requiere un gran esfuerzo físico y responsabilidad, al tiempo que
considera que se ve simplificado por la utilización de aparatos
electrodomésticos, al alcance de todos hoy en día y evitan la
realización de trabajos que requieren una fuerza física
considerable.
La sentencia, según informó ayer la emisora Canal Sur radio,
desestima el recurso de súplica presentado por una mujer de 62
años, J.R.T., que había solicitado el reconocimiento al Instituto
Nacional de la Seguridad Social de una incapacidad permanente total
como empleada doméstica, debido a un problema que sufrió en una de
sus manos.
De esta forma, confirma la decisión del juzgado de lo Social
número 5 de Sevilla, que en su día rechazó las pretensiones de la
demandante al entender que las tareas propias del hogar no exigen
«gran responsabilidad» ni requieren gran esfuerzo físico, porque se
«simplifican» además con el uso de electrodomésticos. La mujer
había sufrido fractura de colles, fibromialgia, síndrome depresivo
y adenoma "del que fue intervenido en 1994" y, según recogía la
sentencia del juzgado de lo Social «está incapacitada para grandes
sobrecargas y esfuerzos importantes con la mano derecha, así como
para trabajos de gran responsabilidad».
No obstante, el juez señaló a continuación que en el trabajo
doméstico «no es preciso efectuar esfuerzos u otra actividad física
exigente, más teniendo en cuenta que hoy en día se realizan las
tareas propias de la misma con el auxilio de utensilios o aparatos
que las simplifican grandemente», en referencia a los
electrodomésticos. En estos momentos, el Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía vuelve a considerar al desestimar el recurso
que resulta «obvio que la profesión de empleada del hogar no exige
importante esfuerzo físico con ambas manos y gran responsabilidad».
Tras más de dos años de pleito, la mujer ha asumido con resignación
la sentencia y ha decidido no recurrir ante el Tribunal Supremo,
única vía judicial que le quedaba para lograr su pensión.
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