El papa Juan Pablo II denunció, ayer en Cracovia, en su tierra
polaca, que ante la «experimentada» maldad el hombre vive el miedo
al futuro, del vacío, del sufrimiento y teme la aniquilación. Estas
manifestaciones las hizo durante la misa multitudinaria celebrada
en el parque Blonie de la ciudad en la que pasó cuarenta años de su
vida y con la que se quitó la «espinita» que tenía clavada desde
1999, cuando tuvo que suspender la celebración de la Eucaristía en
el mismo lugar debido a una repentina fiebre.
Ayer, tres años después, volvió a encontrarse con más de dos
millones de polacos venidos de todas las partes del país para
acompañarle, temerosos de que esta pueda ser la última vez que le
vean en su tierra. Papa Wojtyla, como los días pasados, tenía la
voz firme, pero ayer presentaba síntomas de un fuerte cansancio, lo
que no le impidió oficiar una larga ceremonia en la que, además,
beatificó a cuatro religiosos polacos.
Se trata del que fuera arzobispo de Cracovia Segismundo Felix
Felinski (1822-1895); los sacerdotes Jan Balicki y Jan Beyzym y la
monja Sanzia Szymkowiak. Con estos cuatro, Juan Pablo II ha
proclamado en sus casi 24 años de pontificado 1.294 beatos. También
ha proclamado 464 santos. Desde últimas horas del sábado, ríos de
personas se dirigieron por las calles de Cracovia hacia el parque
Blonie, donde ayer acogieron al Papa como un héroe nacional,
desafiando el fuerte calor reinante, que causó numerosos desmayos y
lipotimias. En numerosos momentos rompieron el recogimiento para en
medio del ondear de banderas de Polonia, del Vaticano y de estados
vecinos, como Rusia o Ucrania, gritar: «Estás en tu casa, queremos
escucharte».
Y Karol Wojtyla no les defraudó: leyó una larga homilía e
improvisó con sus compatriotas, demostrado su alegría por estar por
novena vez en su patria. Juan Pablo II dijo que aunque durante el
siglo XX se lograron muchos avances, esos años han estado marcados
por el «misterio del mal» y con esa iniquidad hemos entrado en el
tercer milenio, apostilló. «A menudo el hombre vive como si Dios no
existiese e incluso pretende ocupar su puesto. Se arroga el derecho
del Creador de interferir en el misterio de la vida humana, quiere
decidir mediante la manipulación genética la vida del hombre y
determinar el límite de la muerte», denunció el Obispo de Roma en
su intervención.
Por otra parte una caja metálica sospechosa que podría contener
explosivos fue descubierta y neutralizada por la policía, ayer
domingo en Cracovia, donde el papa celebró una misa ante dos
millones de fieles, indicó el portavoz de la policía nacional,
Pawel Biedziak. «Durante el control rutinario que precede siempre a
los desplazamientos del sumo pontífice, un policía encontró una
caja sospechosa en la gran plaza del mercado de la ciudad vieja», a
un centenar de metros de la residencia del papa en Cracovia,
precisó Biedziak.
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