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FRANCE PRESS-MADRID

La nueva ley de Extranjería española entró en vigor ayer con la obligación para las empresas transportistas de informar sobre sus pasajeros y dando al visado la validez de un permiso de trabajo y residencia, al tiempo que introduce un visado de tres meses para búsqueda de empleo.

Se trata de la tercera reforma de la Ley de Extranjería entrada en vigor en 2000, que pretende, según el gobierno de José María Aznar, simplificar los trámites administrativos para la inmigración legal, ordenar los flujos migratorios y reforzar las medidas para combatir la inmigración irregular.

La reforma aplicada al texto legal obliga a las compañías de transporte, en particular, a las de transporte aéreo a informar a las autoridades españolas de las personas que viajen a España antes de su partida de su país de origen, con el fin de permitir al gobierno verificar su regreso, una vez cumplido el plazo legal del visado de turista, y evitar que conviertan en inmigrantes irregulares. Les compañías que se nieguen a colaborar podrían ser sancionadas con multas de hasta 60.000 euros.

La ley también convierte al visado en permiso de trabajo y/o residencia, aunque según entidades de inmigrantes el obstáculo radica en que los candidatos a la inmigración legal a España deberán contar con un contrato de trabajo. La nueva Ley de Extranjería ha sido duramente criticada por parte de diversas organizaciones humanitarias.