TW
0

Un misterioso documento sobre los desmanes de los sacerdotes en el mundo despejó el camino de Joseph Ratzinger hacia el sillón de San Pedro. Así lo asegura en su edición de ayer el diario italiano 'La Stampa', que revela que el texto circuló entre los cardenales antes del cónclave causando verdadero pavor y que pudo ser utilizado por el actual papa Benedicto XVI en sus homilías previas a su elección.

El texto, según 'La Stampa', pone de relieve la «falta de coherencia» de muchos sacerdotes. En él se mencionan violaciones de las reglas del celibato, problemas legales con la administración de fondos económicos, mal uso de los donativos de los fieles, o falta de respeto al secreto de confesión. «El secreto de confesión fue una vez un baluarte inexpugnable», lamentó el cardenal entrevistado por el diario italiano.

«Me llevé la mano al corazón porque tuve miedo de que me diera un ataque después de leerlo», dijo un purpurado al diario. El documento, de carácter reservado, es un estudio muy detallado sobre la situación en el interior de la Iglesia. En una decena de páginas se presenta un relato de la situación del clero en el mundo y sobre todo en Europa, Àfrica y América del Norte.

El informe, de diez páginas no está firmado, pero el periódico apunta a que su autor ha de ser alguien con un punto de observación privilegiado y muy situado dentro de la institución y, especialmente, en Roma. Además, especula con la posibilidad de que fuera el motivo de las intervenciones tan severas realizadas por Ratzinger antes del cónclave.

Pese a las polémicas revelaciones, la actividad en El Vaticano continúa a todo ritmo ya que Roma vuelve a prepararse para una nueva avalancha de fieles. Está previsto que cientos de miles de personas acudan al Vaticano a la misa de entronización del Papa Benedicto XVI, que se celebrará mañana en la Plaza de San Pedro. Se cree que sólo de Alemania llegarán unas 100.000.

Como ocurrió durante los funerales del Papa Juan Pablo II, el Ayuntamiento de Roma ha instalado cuatro pantallas gigantes en la Vía de la Conciliazione, la avenida que llega a la Plaza de San Pedro, así como en otros lugares de la capital, como Plaza del Pueblo o el Coliseo.