La mujer, una joven de 27 años llamada Tanja, se encuentra en la
vivienda de «Gran Hermano», en Aalsmeer (oeste de Holanda) desde el
pasado domingo, día en que comenzó la quinta entrega del
programa.
La emisión ese día tuvo 1,4 millones de telespectadores, y desde
entonces se ha podido ver en directo, entre otras cosas, cómo Tanja
sintió la primera patada de su bebé.
La participación en el programa de la embarazada y el futuro
alumbramiento ante las cámaras han suscitado un debate ético en los
medios de comunicación y en el Gobierno holandés.
El ministro de Asuntos Sociales, Aart Jan de Geus, ha solicitado
una investigación para determinar si el nacimiento y posterior
estancia del bebé en la casa pueden incurrir en un delito de
explotación infantil.
El periódico «De Volkskrant» publicó ayer un artículo de opinión
de dos pediatras holandeses que se plantean la reacción de la
productora y la futura madre ante posibles complicaciones en el
parto, que pudieran causar el traslado de la mujer a un centro
sanitario.
Además, se preguntan «bajo qué ética profesional actúa» la
matrona que asistirá al parto, contratada por Endemol, que asegura
que la madre contará también con asistencia psicológica.
La productora de John de Mol sigue emitiendo cada día esta nueva
edición de «Gran Hermano» a través de su cadena comercial de
televisión, Talpa, y de su página en Internet.
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