El tabaco, aparte de elevar el riesgo de enfermedades
cardiovasculares y pulmonares, adelanta unos dos años la menopausia
a las fumadoras ya que les altera las hormonas que más definen su
sexo, los estrógenos, según el vicepresidente del Comité Nacional
de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Miguel Barrueco.
Distintos estudios desvelan que en el organismo de una fumadora
se agudizan todos los síntomas y complicaciones relacionados con la
menopausia: sofocos, osteoporosis, alteraciones cardiovasculares o
sequedad en la piel, añade Barrueco, quien además es neumólogo del
Hospital Universitario de Salamanca. Esto junto con el aumento
general de la esperanza de vida hace que las fumadoras deban
prepararse para un período excepcionalmente largo de climaterio o
menopausia en el que el hábito de fumar resulta «más dañino que
nunca», asegura el vicepresidente del CNPT, aglutinador de
múltiples sociedades científicas.
Este miembro destacado del grupo de tabaquismo de la Sociedad
Española de Neumología y cirugía Torácica (SEPAR), además de máximo
responsable del Comité organizador del Congreso que celebrará el
CNPT en Salamanca en noviembre próximo, citó dos hipótesis sobre
las posibles causas de las alteraciones hormonales entre las
fumadoras.
Una, que el tabaco destruye los ovocitos (óvulos aún no maduros)
provocando cambios hormonales que adelantarían la menopausia; otra,
la más contrastada, que la sustancia altera los niveles de
estrógenos.
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