Jaume Nicolau, propietario del centro de buceo Skualo, es quien ofrece esta experiencia, además de otras actividades, desde hace 25 años, «este año queríamos celebrar el aniversario, pero festejaremos que tenemos salud. Ya habrá tiempo para fiestas». Al llegar al centro, ubicado en Porto Cristo, nos facilitan los trajes de neopreno y subimos a las embarcaciones semirrígidas.
Salimos navegando desde el puerto natural de Porto Cristo y ponemos rumbo a la zona sur, calas vírgenes hasta sa Cova des Coloms, o cueva del Pirata. El acceso es muy sencillo, las lanchas se acercan prácticamente hasta la entrada, allí nos lanzamos al agua y en pocas brazadas llegamos a la entrada. Con la ayuda de un monitor, tan sólo tenemos que sumergir la cabeza y entramos en la cueva y llegamos a la sala de la playa, «las corrientes del mar han introducido arena, convirtiendo la primera sala en una playa, y ya podemos apreciar un entorno rodeado de estalactitas y estalagmitas», nos explican los monitores.
Son las 11 de la mañana, y la excursión tiene una duración aproximada de dos horas. Ramón Vidal, director del Palau de Congressos de Palma, acude con sus dos hijas, Natalia y Marta, de 13 y 15 años respectivamente , quienes coinciden en que «nunca habíamos practicado espeleología marina y ha sido genial». También nos encontramos con Cristina Alemany, su hijo, Luca Fernández (11 años), y el padrino de éste, Bernardo Gómez, quien se confiesa un apasionado del buceo. El pequeño describe la experiencia como «increíble me ha gustado mucho». Otros hermanos, Mar y Julián Aguirre, 17 y 13 años respectivamente, se apuntan a repetir la aventura.
3 comentarios
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La Cova des Coloms y la del Pirata son dos cuevas diferentes, cercanas pero distintas no la misma cueva como indica el artículo. Quizás preguntando a un espeleólogo en lugar de a una empresa de buceo para turistas la información sería más útil y veraz.
Se está masificado todo. Y luego vienen el vandalismo, los abusos y la destrucción del medio natural. Por no hablar de los accidentes. Poca broma con el buceo y la espeleología.
Antes esta cueva se visitaba desde cala Falcó. Para empezar se iba ANDANDO hasta allí. A continuación NADANDO hasta la cueva, con unas velas y un mechero en una fiambrera. En pelotas, porque era una cala virgen, y porque en esos tiempos no se necesitaba desembolsar dinero para cada actividad deportiva. Y no se era tan delicado. Y nadie hacía negocio. Y los lagos no olían a orín.