El asentaminto de Eusebi Estada se está haciendo cada vez mayor. | Click

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Hace un par de días, la policía tiró abajo el castillo de arena que una persona había construido en la Platja de Palma, gracias al cual se ganaba la vida. Dicha persona, que mantenía limpio los alrededores del castillo, dormía bajo las estrellas, no muy lejos de él. Vigilándolo para que nadie, durante la noche, lo deteriorara. Nuestro compañero Carlos Durán, que habló con él tras el derribo, nos dijo que contó que se lo tiraron porque estar ahí, y vivir de lo que le daba la gente, era otra forma de mendicidad. Muy bien, vale. ¿Mendicidad dicen…? Pues, puestos a hilar tan fino, se nos ocurre hacer varias preguntas a quien dio la orden de derribo.

¿Por qué se permite la mendicidad en otras calles y plazas de Palma? Es que te sientas en la terraza de un bar y no para de pasar gente pidiendo una ayuda. ¿Por qué se permite que en plena ciudad se instalen asentamientos de sin techo? Los vemos    en plazas, calle Eusebio Estada (el que hay es cada vez mayor), cajeros de bancos, escaleras de acceso a bancos, en bancos o en colchones que han instalado en calles y plazas en detrimento de los comercios que hay en ellas...

¿Y por qué se permite que algunos duerman desnudos sobre bancos, a la vista de todo el mundo…? Indigentes desnudos, eh... Y volviendo a la playa, ¿qué es más perturbable, un pobre hombre durmiendo al lado de un castillo de arena, construido por él con el fin de ganarse unos euros con los que ir tirando, o las borracheras de los turistas, la venta y consumo de alcohol en la vía pública y playa, así como    la venta ambulante en detrimento de bares y comercios sometidos a ordenanzas y multas en caso de no cumplirlas…? Venta ambulante que podemos extrapolar a Palma... ¿Por qué a unos tanto y a otros nada...?

En el lote de bicis, ¿hay tándems para dispacacitados visuales, por ejemplo?

Las bicis de Hila

lDías atrás, el alcalde Hila mostró en su muro de Facebook una serie de fotos a través de las cuales daba fe, dejaba constancia, de las bicicletas que el Ajuntament que él preside había adquirido gracias a los fondos europeos Next Generation  –en total son unos tres millones de euros– a fin de facilitar los desplazamientos de los ciudadanos de Palma. Es más, añadía Hila en su comentario, que en un futuro está previsto comprar más bicis a fin de que cada barrio tenga las suyas. Lo primero que se va a hacer  –sigue diciendo Hila– es instalar las nuevas estaciones a fin de que las flamantes bicis entren en servicio lo más pronto posible. Por tanto, muy bien por esta iniciativa. La bici es un cómodo medio de transporte que favorece al medio ambiente y al bolsillo del ciudadano, así como la puesta a punto de su condición física.

¿Hay tándems entre las bicis?

Pero, dicho lo cual, como diría Coque, el de La que se avecina, dos cositas se nos vienen a la mente. Una: entre ese lote de cientos de bicis –preguntamos–, ¿hay tandems para discapacitados? Para invidentes, por ejemplo. Porque un invidente, con otra persona formando tándem con él, puede ir en bici. Y quien dice invidentes dice también otro tipo de discapacitados. Y puede ir en bici, tanto por carretera como por las calles de una ciudad. Por eso... ¿Hay tándems entre esas bicis adquiridas y mostradas con orgullo por el senyor batle de Ciutat? Y si no los hay, ¿tiene previsto adquirirlos en el próximo pedido? Porque sería justo que hubiera tándems, como que de una vez por todas funcionen las rampas para discapacitados de los autobuses. Que esa es otra.

Y dos: en la gran reforma realizada en la calle Nuredduna, de Palma, hemos echado a faltar los viales para invidentes, como los que hay, por ejemplo, en la plaza de España. Y los hemos echado a faltar, primero, porque no los hemos visto en ninguno de los dos viales que tiene la calle, y segundo, porque al ser calle peatonal    es ideal para que caminen por ella, y más si hay viales especiales para tantear con sus bastones, viales que permiten visibilizar que esa zona es para invidentes, por tanto hay que respetarla. Pues solo era eso.

Carencia de viales para invidentes en la remozada y peatonal Nuredduna.

Plenos

Vamos a estar pendientes de dos plenos que se van a celebrar este mes. El del Ajuntament de Palma, que será el 29 de los corrientes, y el de Binissalem, cuya fecha desconocemos. El primero, porque vamos a ver si el concejal de Coalición por Palma, Josep Lluís Bauzá, presenta la propuesta formal del cierre temporal del parque del canódromo –que la presentará– debido a las deficiencias que tiene: las rampas de acceso tienen tal desnivel que discapacitados en silla de ruedas no pueden con ellas. Por otra parte, las vallas que rodean en parte el parque son tan bajas que cualquiera puede entrar en él a partir de la hora del cierre, lo que puede dar lugar a botellones, lo cual será un problema ya que próximo al parque hay muchas viviendas. A ello añadamos que no existe ninguna valla protectora sobre el murete de fácil acceso que separa el parque del cauce de sa Riera, lo cual puede dar pie a algún accidente, sobre todo de niños, que jugando pueden subirse al muro y precipitarse. Tampoco es de recibo abrir un parque que está sucio, con plantas con pinchos en los caminos, lo que puede producir heridas a personas y a animales. En cuanto al de Binissalem, es por ver si el problema existente en el local destinado a los socios de Aspaym Illes Balears (asociación de personas con lesión medular y otras discapacidades físicas), en el que falta calefacción y refrigeración, se soluciona, con lo cual se podrán reanudar las actividades.