Damián Prohens, pese a todo, no pierde la esperanza de encontrar pareja. | Click

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Damián Prohens, empresario, tiene un comercio en Campos y se dedica a gestionar el patrimonio propio. Está divorciado y es padre de tres hijos. Nos confiesa que en su juventud disfrutó de la soltería y de cuanto esta conlleva, es decir, conoció a mujeres, disfrutó de la vida, «que viví a tope», señala. Pero un buen día, teniendo 40 años, encontró el amor, se casó y tuvo que cortar con su pasado más inmediato, convirtiéndose en buen esposo y padre de familia. «Hasta que, años después, el amor se enfrió y nos separamos».

Las relaciones con sus hijos son extraordinarias, y como ya    se han hecho mayorcitos, él ha recuperado la total libertad, en el sentido de que vuelve a salir, a conocer a otras mujeres, a relacionarse con algunas, pero no por mucho tiempo, ya que no encuentra la que podría ser algo más que una simple atracción física, que la valora, claro está, pero para una nueva relación debe de haber algo más que gustarse, y… Pues que en esas está. Buscando, porque no es bueno que el hombre esté solo –ya se lo dijo Dios a Adán, en el Paraíso antes de arrancarle una costilla para convertirla en mujer–, pero buscando sin obsesionarse, porque tampoco vive mal como vive.   

Es empresario, tiene un patrimonio, goza de buena salud, es extrovertido y campechano, y le gusta salir. Y no en plan de picaflor, sino a ver qué pasa... Que le pasan cosas, claro. Incluso cosas novedosas, en el sentido de que, hasta hace poco, eran desconocidas para él. Nos referimos a los First Dates que son tres en los que ha participado.

Pues a seguir buscando

«El primero al que asistí, fue al Firts Dates de Cuatro Televisión. En él conocí a una señora de Valladolid, que vivía en Madrid, por la que, desde el primer momento, no sentí ningún tipo de atracción. No hubo lo que se llama feeling… Eso sí, cenamos, hablamos… Pero a medida que iban pasando los minutos me daba cuenta que éramos completamente diferentes, por lo que ir a por la segunda cita era una equivocación. Así que no hubo segundo encuentro. Pero lo que sí hice fue llamarla y avisarla del día que se emitía el programa, pues me enteré de la fecha de emisión con unas semanas de antelación. Pero, salvo eso, nunca más volví a saber de ella. Y es que, en una cita a ciegas, el atractivo, sobre todo al principio, es muy importante. Y ahí no lo hubo».

Tiempo después, hubo otra cita a ciegas en otro First Dates, este a la mallorquina, puesto que se celebró en Muro, en el Espai 21, y sin televisión de por medio. «En dicho local nos reunimos ellas y nosotros. A mi me emparejaron con una señora de Muro, muy simpática, agradable y muy buena persona, pero tampoco hubo feeling, por lo que tampoco hubo una segunda cita».

Y el pasado sábado, en Inca, en el restaurante Bon Foc, y también a la mallorquina, y sin cámaras de televisión de por medio, hizo su tercera cita a ciegas. ¿Que qué pasó en ella? Pues que, como nos contó una vez finalizado esta, no hubo foto con su pareja, «pues tampoco hubo feeling, por ello, cada uno en su casa. ¡Y otra vez será!».

¿Y no será que es usted una persona muy exigente a la hora de encontrar pareja?, le preguntamos. «Todo lo contrario. Que me guste la mujer alta, algo delgadita y con mentalidad juvenil, no es ser exigente… Ni tampoco voy desesperado por la vida buscando a una mujer y… Pues si todavía no la he encontrado, ya saldrá. Lo único que ha ocurrido esta vez es que no se ha cumplido aquello de ‘a la tercera va la vencida'. ¡Ah!, y si me vuelven a llamar de First Dates de Cuatro, iré encantado. Si no hubo una segunda cita en la primera ocasión, puede haberla en la segunda».

La novela de Alzamora

La leyenda de Jack el Destripador sigue despertando pasiones, y más si la historia se cuenta en un formato de novela siguiendo los parámetros de los hechos reales. Posiblemente por esos dos aspectos, tanto por el interés histórico como por la narratología, la novela 1888 El año de Jack, escrita por el periodista mallorquín Miquel Alzamora –pueden leer sus crónicas en el diario Ultima Hora– continúa ascendiendo posiciones en la librería infinita de Amazon.

Estos últimos días se ha acomodado entre las 25 más vendidas en el género de novela negro de ficción, un hecho extraordinariamente difícil debido al enorme volumen de títulos que compiten en esta amplia franja de obras, por lo que resulta muy complicado poder destacar entre miles de libros de autores consagrados, así como de otros que intentan ganarse un espacio.

Tanto la versión Kindle (ebook), que se vende a un precio de 3,99 euros como la impresa, a 17,50 están contando con el respaldo de los lectores que durante esta semana han logrado situar el libro entre los ilustres del género negro, como Javier Castillo, Gómez Jurado, Carmen Mola, Fernando Gamboa, Esteban Navarro, Santiago Díaz, Ana Ballabriga, Susana Martín y César Pérez Gellida, entre otros.

Aprovechar el momento

La fotografía de esta semana deja a la novela 1888 El año de Jack entre las más vendidas y espera poder mantenerse entre las cien primeras del género negro durante un tiempo. El autor admite que no se esperaba este avance tan importante. «La dos primeras ediciones funcionaron muy bien en la Isla, pero faltaba dar el salto, por lo que decidí hacer  una edición especial para poder vender en Amazon. Una vez finalizado el trabajo la puse a la venta en esa plataforma y, sinceramente, me olvidé por completo. La sorpresa ha sido que esta semana me llegó la información de que gracias a las ventas se había posicionado entre las 25 primeras. Imagínate mi sorpresa», relataba el autor.

«Sé que esto es efímero y que es una fotografía muy concreta y que tiene una durabilidad, no sé si de horas o de días, pero hay que aprovechar el momento. De hecho no terminaba de creérmelo hasta que pude confirmarlo con la plataforma de ventas y me aseguró que el libro va como un tiro y que hay un gran interés en él», indicaba Alzamora.

«La satisfacción es máxima, –prosigue el autor–, sobre todo porque esta edición es un proyecto individual y no cuento con el respaldo de nadie. Por tanto, es lanzarse a la aventura completamente solo, al mismo tiempo gratificante, viendo el salto que está dando ahora el libro».

Con vistas al futuro, Alzamora está en pleno proceso de producción de una nueva novela, de la que prefiere no hablar mucho. «No es porque crea que da mala suerte ni nada por el estilo, simplemente es que no sé cuándo podrá estar lista. Me gustaría que fuera para mediados del año que viene, pero ya veremos. En esto me guío mucho en unas palabras de Akira Kurosawa, guionista y director de cine. Hizo una comparación con los alpinistas, quienes, cuando suben una cima muy alta, no miran el final, sino que mantienen la vista en el paso que están dando. Por lo que, a la hora de escribir, hay que hacer lo mismo ya que de lo contrario, la parte más alta siempre se ve muy lejos. Y por ahora no veo la cima, pero sigo dando pequeños pasos cada día hacia el punto más alto. ¿Cuándo llegaré? Cuando llegue. Por el momento camino y avanzo. Partido a partido, como dijo Simeone, que ya es mucho», concluye el autor.