Ya marido y mujer, ambos posan con Tomás, ex de ella y amigo de él. | R.L.

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La pasada semana se casaron Tuñy Barcala y Jordi Carreño, que se conocieron en 2010. Ella estaba separada de Tomás, con quien contrajo matrimonio en 1994. El ya matrimonio se conoció vía Facebook, se citaron y hasta hoy, que acaban de confirmar y rubricar su amor con una boda celebrada en la misma notaría en la que ella y Tomás se habían divorciado, y a la que llegó del brazo de este, su ex. La única diferencia es que el divorcio se hizo ante el notario Raimundo Fortuny y la boda ante Patricia Gómez, puesto que Fortuny traspasó la notaría.

Tomás además de regalar el ramo de novia a Tuñy y llevarla del brazo hasta la mesa de la notaría, fue uno de los dos testigos que firmaron el acta. Aurora, hija de Jordi, el contrayente, fue la otra testigo. «Por cierto, ¿sabes    qué me dijo Tomás, mi ex, en el coche antes de entrar en la notaría? Me dijo -en su voz notamos cierta emoción- si tú eres feliz, yo soy feliz».

En un aparte, antes de proseguir en el relato, Tuñy nos comenta que la notaria le dijo que jamás «habían conocido una historia como la nuestra. Que deberían de crear una palabra para calificar a personas que, como nosotros, consiguen crear una familia más allá de casamientos y divorcios». El almuerzo nupcial lo hicieron en el restaurante de Michele y Marcela, en la calle Fábrica. No sabemos si la pareja se irá de viaje de novios, dado que ella no anda muy bien de salud ya que padece fibromialgia, fatiga crónica y lesión medular, «además de llevar en mi cuerpo alrededor de doce clavos. ¿Que cómo lo llevo? Me tomo lo que me prescribe el médico y, aparte, me baño con agua fría, canto y hago ejercicio. Por lo demás, soy feliz».

Los novios durante el enlace cruzando tiernas miradas llenas de complicidad.
Los novios durante el enlace cruzando tiernas miradas llenas de complicidad.

Volviendo al viaje de novios, si lo hacen, «lo haréis sin Tomás», le decimos, dando por hecho  que él no irá. «Sí, claro, aunque al año que viene -apostilla-, cuando vayamos a San Francisco a ver la final de la Super Bowl, fútbol americano del que los tres somos muy aficionados, ya que Jordi nos contagió la pasión por este deporte, Tomás vendrá con nosotros. En el hotel él tendrá su habitación y nosotros, la nuestra. En realidad no será la primera vez que viajemos juntos», comenta Tuñy.

Llegado este punto en el que estamos hablando de viajar juntos y dormir en habitaciones separadas, hay que preguntarle a Tuñy si cree que da qué pensar que Tomás, su ex, va a dónde vayan ellos. Ella sonríe: «Puede que a algunos les haya dado que pensar, ¡qué se yo! Que nos entendemos los tres… Pero no. Tomás significa el cariño que quedó de nuestro amor, mientras que Jordi es el amor de mi vida, la persona con quien quiero compartirla hasta el fin de mis días. Él, a diario, me escribe un poema de amor que me envía por WhatsApp… Sí, desde que nos conocimos hasta hoy me ha escrito 3.200. Incluso si estamos enfadados los escribe contando por qué estamos enfadados. Y en cuanto a él y Tomás, son como hermanos», cuenta la novia.

«Mi madre decía que tenía dos yernos, Jordi y Tomás. Siempre que ella iba al médico todos íbamos con ella. Y es que de una familia hemos creado otra, cada una con su rol. El que fuera mi marido, ahora es mi mejor amigo y el de mi actual marido. Vamos, que los dos se llevan muy bien, como yo me llevo muy bien con la hija de Jordi. Sí, puede que seamos una pareja única, seguro que no hay otra en España como nosotros», admite.

Jordi y Tuñy muestran los anillos de compromiso y ella, además, el de pedida.
Jordi y Tuñy muestran los anillos de compromiso y ella, además, el de pedida.

Jordi, que aparece de pronto en la conversación, nos confiesa que la ceremonia de la boda salió mucho mejor de lo que había planeado. «Le dije a la notaria que nos gustaría una boda que no se pareciera en nada a la firma de  una hipoteca, vamos, que fuera algo más cálido y la verdad es que fue impresionante». «Sí, porque hubo hasta música y copas de cava, además de poesía y muchas risas», remata Tuñy, que añade: «Nos hubiéramos casado antes, puesto que tuvimos que suspender la boda tres veces, la primera por el fallecimiento de mi hermano, la segunda por el de mi madre, y la tercera porque me puse mala, me tuvieron que operar y todo se complicó».

Paso por la política

Ya que Jordi es tan dado al detalle, por ejemplo expresando sus sentimientos hacia ella con versos, quisimos saber si hubo declaración: «Por supuesto que la hubo. En 2014 le pedí la mano en el ABaC de Jordi Cruz. Fue también un instante muy bonito e inolvidable. Le regalé un anillo de Relojería Alemana. Ya digo, si no nos casamos antes fue por las circunstancias, no por otra cosa».

A Tuñy la conocemos desde hace muchos años. Desde luego, desde mucho antes de que la conociera Tomás. Y desde aquel día hasta hoy ha hecho muchas cosas. Hizo radio de forma magistral y más o menos por aquellos años pudo ser alcaldesa de Calvià, por el CDS, ya que se presentó como aspirante a la alcaldía a unas elecciones que ganó el PSOE, por lo que Margarita Nájera ocupó el sillón de la alcaldía. En la actualidad –y desde hace bastantes años- es empresaria ya que es la dueña de Barcala & Partner, y su marido Jordi es el CEO.

Tomás llevó a la novia del brazo a la notaria y le regaló un ramo.
Tomás llevó a la novia del brazo a la notaria y le regaló un ramo.

A ambos les deseamos toda la felicidad de este mundo, y a Tomás que sea testigo de que es así. Que lo será.