De izquierda a derecha: Javier Zaforteza, Miquel Cabrer, Xisca Mas, Jaume Amengual, Antoni Mates, Rosa Estaràs, Manuela García, Sebastià A. Adrover, Albert Forés, Ricarda Vicens, Jaume Ferrando y Lola Pujadas.
En el verano de 1899, nueve inquietos jóvenes de Santanyí fletaron el llaüt ‘San Miguel' y dieron la vuelta a Mallorca por el puro gusto de conocer lo mejor de su Isla. En una época en la que el turismo era algo impensable para la sociedad mallorquina, esta travesía se considera la primera vuelta documentada por residentes con fines recreativos. Durante la misma, estos pioneros visitaron lugares de interés como las cuevas del Drach o de Artà, el Castell de Capdepera o el casco urbano de Sóller.
Antes de partir, los viajeros cargaron la embarcación con todo lo necesario para el viaje. De ello dejaron constancia, como de otras muchas vicisitudes del viaje, en un cuaderno, que el investigador Sebastià A. Adrover ha publicado recientemente bajo el título Diario de la expedición santanyinera alrededor de Mallorca, 1899. «En el apartado de aprovisionamiento del proyecto, vemos que embarcaron, junto a 25 libras de fideos, 50 de arroz y 9 barchillas de harina, 6 cuartillas de vino, todo ello en medidas antiguas», explica Adrover, uno de los principales impulsores de los actos en conmemoración del 125 aniversario de la expedición, el último de los cuales fue la presentación de una selección de cinco vinos creados especialmente para la ocasión por Vinya Son Alegre.
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