Q uizá dentro de unas décadas se estudiará el momento histórico que estamos viviendo como un cambio de era en todos los sentidos: social, económico, ideológico. Algo así como la revolución neolítica o el Renacimiento, que cambiaron el mundo para siempre y sin posibilidad de vuelta atrás. Tal vez aquellos babilonios de hace diez mil años no eran conscientes de que lo que estaban haciendo –sembrar semillas y acariciar animales salvajes– nos llevaría hasta aquí. Y nosotros tampoco nos damos cuenta de la cantidad de cosas que están cambiando. Para empezar, la mentalidad de nuestros jóvenes. Los que crecimos en los setenta y ochenta nos acostumbramos con naturalidad al machismo más casposo, a las jerarquías indiscutibles, al tabaco en todas partes y a todas horas, a la palabra del padre como sagrada, al respeto reverencial al cura, al jefe, a los viejos, incluso cuando alguno de ellos tenía la mano demasiado larga y tocaba lo que no tenía que tocar.
Jóvenes
Palma01/11/21 3:59
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1 comentario
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Bon article. El jovent ja no tolera la tradició perque sí i això és la millor manera de progressar. Hi ha futur.