Acabamos de asistir a una muestra de prepotencia y egoísmo propia de los tiempos que corren. Novak Djokovic, posiblemente uno de los mejores tenistas de la historia, ha mentido y falsificado documentos para poder entrar en Australia y jugar el Open de tenis que se celebra allí. Australia es uno de los países más implacables en su política de fronteras, de hecho tiene islas donde encierra a los inmigrantes ilegales pobres que llegan a sus costas. Pero, hete aquí que llega este señor blanco, europeo y millonario y, porque a él le place, decide saltarse todas las normas. En concreto las relativas a la vacunación contra la COVID. Djokovic es un personaje muy polémico que, igual que se fotografía con matarifes serbios de la guerra de los Balcanes, hace apostolado contra las vacunaciones. Al falso grito de ¡Libertad! tantas veces mal usado y coreado con entusiasmo en nuestros lares, lleva por bandera su negativa a vacunarse, habiendo llegado a ser un referente mundial para los negacionistas que, si pudieran, a buen seguro le cambiarían el Djokovic de su apellido por el Dnocovid de su ideología.
Novak Dnocovid
Palma20/01/22 3:59
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