Hoy serían El asfalto y La cabina –la primera, de Ibáñez Serrador y protagonizada por Ibáñez Menta; la segunda, de Mercero y protagonizada por López Vázquez– las historias tremendas de alguien atrapado en el intento de conseguir una cita (de esas citas que ahora llaman previas como si pudieran concertarse una vez producidas) o con una condena, sin posibilidad de indulto, a «hacer gestiones». Un grupo de gente, o un coro de voces aterradoras, jugaría un papel destacadísimo en ambas piezas. Habría quienes señalarían con el dedo (como ya ocurría en El asfalto y en La cabina) a esa persona atrapada; quienes simplemente le observarían y quienes, pretendiendo expresarle su solidaridad compasión, le dirían: «También yo he pasado por eso», «aguanta que todo se arreglará» o «eso no tiene remedio, no podrás salir».
Cita previa y gestiones
Palma28/04/23 0:29
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