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El copioso seguimiento que tuvo en ‘El Hormiguero' la entrevista a Alberto Núñez Feijóo -cosechó la mejor cuota de audiencia de la temporada- quizá se explica porque a lo largo del programa mucha gente fue descubriendo al hombre sencillo que hay detrás del político que lidera la oposición y aspira a ser presidente del Gobierno. Un hombre tranquilo, sin especial aderezo en su verbo pero que transmite sinceridad y solvencia. Y, por contraste con Pedro Sánchez que le había precedido la víspera, alejado de la agresividad que desplegó el actual presidente acusando de sus desgracias a los medios de comunicación que critican su gestión.

Núñez Feijóo que ejerce y reivindica su condición de gallego tiró de ironía para retratar a Sánchez. A la pregunta de qué sabía sobre la relación de España con Marruecos tras el volantazo dado por Pedro Sánchez en la cuestión de Sáhara su respuesta fue que sabía lo que sabemos todos los españoles, es decir: nada. Al hilo de otras preguntas Feijóo fue detallando su hoja de servicios como político en activo en diversos puestos de responsabilidad. Hizo mucho hincapié en su etapa en Sanidad al frente del Insalud defendiendo la sanidad pública a la que ve como un pilar irrenunciable del Estado del Bienestar. De las preguntas relacionadas con los pactos con Vox reclamó el voto de la mayoría para evitarlos como consiguió el PP, primero en Andalucía y después en Madrid, La Rioja. En el resto de comunidades donde puede formar gobierno: Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón, Cantabria y Extremadura reivindicó el mismo derecho a pactar con quien tiene a su derecha al igual que lo hace el PSOE con Sumar que está a su izquierda.

Sus palabras sonaron creíbles y quizá sea ése su mejor título visto que en esta contienda electoral en la que tanto está en juego su principal antagonista adolece precisamente de credibilidad.