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El fiscal Pedro Horrach mantuvo ayer su propuesta de que el jurado popular declare culpable de homicidio al chino Zuoliang Li, al que acusa de la muerte de su hermano Bao Li tras clavarle un cuchillo que le alcanzó el corazón. El fiscal defendió ayer tarde su tesis de acusación después de que los médicos forenses explicaran las conclusiones que habían revelado la autopsia al cadáver de la víctima, que murió el día 31 de agosto del año pasado en una casa de la calle Socors. Los médicos explicaron que el cuchillo penetró, de forma descendiente, a través del tórax. Después el arma cambió de trayectoria y alcanzó el corazón. El cuchillo provocó una rotura cardiaca. Los forenses explicaron que la muerte, en estos casos, no es inmediata, sino que la víctima tarda algunos minutos en morir porque la sangre no llega al corazón. Al final falleció desangrado. Los médicos concluyeron que tanto la víctima como el agresor estaban en movimiento, pero consideraron que es «casi imposible» que se tratara de un caso de legítima defensa, tal como sostuvo el acusado Zouliang Li en su declaración del pasado lunes ante el jurado popular.

Antes de que declararan los médicos en la sesión del juicio celebrada ayer testificaron los policías que participaron en la investigación. Los agentes confirmaron que el acusado ayudó a su hermano a bajar la escalera del edificio y que la víctima murió desangrada en la calle Socors. Los agentes explicaron al jurado los detalles de la vivienda, en la que además del acusado y la víctima, vivían una hermana de ellos con su marido y con sus tres hijos. El acusado declaró que la noche de los hechos su hermano, que había llegado de madrugada a su domicilio, le recriminó que tuviera la radio de su cuarto encendida.