Al parecer el joven intentaba calentarse con una fogata cuando se produjo el suceso.

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J.F.M./R.C.
El día de Navidad acabó en Palma con un suceso luctuoso. Un hombre nigeriano de unos veinte años de edad falleció ayer al incendiarse la chabola en la que vivía en un descampado cercano al cementerio de Palma.

Una vez apagado el fuego, que se extendió con rapidez por los materiales de la chabola, agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional detectaron la presencia de un cadáver en el interior del recinto. Aunque el hombre no ha sido identificado todavía, miembros del Cuerpo Nacional de Policía están investigando los hechos, que también han sido remitidos al Juzgado número cinco, que se encontraba anoche de guardia. La jueza titular, Ana Sanjosé, autorizó el levantamiento del cuerpo y se hizo cargo de las investigaciones.

Los hechos ocurrieron por la noche, hacia las diez, cuando unos vecinos, alarmados al comprobar que salía humo de la zona, llamaron a los bomberos convencidos de que se trataba, simplemente, de unos rastrojos ardiendo.

Los bomberos procedieron entonces a localizar el origen del humo, que resultó ser una chabola en llamas situada en una zona del descampado en la que se concentran varias de estas precarias viviendas.

Según la hipótesis que baraja la policía como más probable, el joven habría encendido un fuego para calentarse ante las bajas temperaturas de estas fechas y, adormecido por el humo, no pudo reaccionar al declararse el incendio, por lo que murió rápidamente asfixiado.

Todo indica que se trata de un inmigrante subsahariano que, como otros muchos que no encuentran una vivienda en mejores condiciones ante su falta de recursos, se refugiaba en las chabolas que se han levantado en los últimos tiempos en esa zona cercana al cementerio palmesano.