Los siniestrados se disponían a pasar otra noche sin techo, bajo
simples tiendas cuando las temperaturas son glaciales en Irán. Tras
la confusión que reinó el domingo, los equipos de rescate se
centraron ayer en los supervivientes ya que la esperanza de
encontrar gente con vida bajo los escombros es casi inexistente más
de 80 horas después del terremoto.
Según las autoridades, se ha restablecido la electricidad
pública en el 80% de las calles de Bam, donde los siniestrados se
disponían a acampar delante de sus desaparecidas casas en las
tiendas que les han distribuido, en espera de que se instalen dos
enormes campos junto a la ciudad.
Según la gobernación de la provincia de Kerman, a la que
pertenece Bam, 25.000 cadáveres sacados de los escombros ya han
sido enterrados. En el cementerio Behesht Zahra de Bam, las
excavadoras intentaban cavar fosas comunes lo más rápido posible
para seguir el ritmo de los cadáveres que llegaban sin cesar.
Un responsable de la gobernación había estimado el domingo que
podrían haber perecido más de 30.000 personas en el sismo. Desde el
viernes, más de 2.000 personas salieron con vida de los escombros
en Bam, aseguró ayer un dirigente de la Media Luna Roja iraní,
Bijan Daftari, a la agencia oficial Irna.
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