Dos ancianos fallecieron y otras tres personas resultaron
intoxicadas leves por humo en el incendio que la pasada madrugada
se declaró en una de las habitaciones de un geriátrico de Calella y
que, según las primeras investigaciones, se originó por una colilla
mal apagada.
El incendio se desató hacia las 02.00 horas de ayer en la
residencia «La Maresma», situada en el kilómetro 1,5 de la
carretera de Ortsavinyá, en el término de Calella, un centro que,
según la consejera de Benestar i Familia de la Generalitat, Anna
Simó, cumple con todas las normativas de seguridad.
Por ello, la consejera dijo que el incendio que causó las dos
muertes se debió a un «lamentable accidente» y no a una
negligencia. No obstante, el propio administrador general de la
residencia, Jordi Turrull, admitió que algunos de los ancianos
fuman en sus habitaciones, a pesar de estar prohibido.
Turrull justificó, sin embargo, que «no podemos ir habitación
por habitación controlando si todos los residentes fuman o no»,
dado que el centro consta de dos edificios en los que se reparten
cerca de un centenar de habitaciones.
El fuego causó la muerte de los dos residentes que dormían en la
habitación donde se originó el siniestro, la 312: José Antonio J.L,
de 76 años, quien murió calcinado en el mismo lugar de los hechos,
y Mariano Contreras, de 72 años, que falleció al mediodía en el
hospital del Valle Hebrón de Barcelona a causa de las quemaduras
que le afectaban un 75% del cuerpo. Otros dos ancianos y un Mosso
d'Esquadra resultaron intoxicados leves por inhalación de humo y
fueron atendidos en un centro sanitario de Calella.
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