La víctima mortal tenía 20 años de edad y fue arrestado durante el
fin de semana acusado de una docena de robos en coches estacionados
en s'Arenal, según informaron en fuentes judiciales.
A su llegada a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía los
agentes no le detectaron un comportamiento extraño ni tampoco un
estado depresivo, que hiciera presagiar sus intenciones. Siguiendo
el procedimiento habitual en estos casos, los funcionarios le
despojaron de sus efectos personales (reloj, cartera, dinero...) y
también le quitaron los cordones de los zapatos y el cinturón,
precisamente para evitar intentos de suicidio.
El acusado debía ser puesto a disposición judicial en las
próximas horas y ayer al mediodía comió con normalidad, al parecer
un bocadillo. Se encontraba solo en una celda y a las 14.45 horas,
aproximadamente, un policía que efectuaba una ronda de
reconocimiento por los calabozos reparó en él, colgado de los
barrotes y aparentemente sin vida. El funcionario dio rápidamente
la voz de alarma y el muchacho fue descolgado, aunque no
reaccionaba.
Poco después un médico confirmó que había muerto. El juzgado de
instrucción número 3, que ayer se encontraba en funciones de
guardia, fue informado del óbito y el juez, José Castro, se
trasladó hasta la comisaría de s'Arenal para examinar el escenario
del suicidio. El detenido había hecho jirones con una manta y con
uno de ellos lo anudó a un barrote, se lo colocó luego al cuello, y
se asfixió. La policía también ha abierto una investigación para
aclarar lo ocurrido.
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