El Grupo de Estupefacientes sigue con las investigaciones para detener a narcotraficantes en Manacor.

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El Grupo de Estupefacientes de la UDYCO da por desarticulada la red que se venía dedicando a la distribución de hachís en Manacor, tras la detención el pasado viernes de tres marroquíes, considerados los responsables del grupo, y de una joven de Manacor y residente en Palma que había hecho de 'correo'. Para la policía, y en base a las investigaciones que se iniciaron hace varios meses, el grupo controlaba prácticamente toda la distribución del hachís que se vendía después en Manacor, tanto en el casco urbano como en zonas del término municipal. La joven que hizo de 'correo', Catalina B.R., reconoce los hechos y dice que tenía que haber cobrado 1.000 euros, cantidad que le prometieron los marroquíes si viajaba a Barcelona y regresaba a la Isla con un turismo, que embarcó en un buque correo, y en cuyo interior había 50 kilógramos de hachís. Por cierto, la droga estaba camuflada en los compartimentos entre las puertas y la carrocería del vehículo, y en el interior del neumático de repuesto.

Los tres marroquíes detenidos son los hermanos Hajmed y Samir M., y Mohamed O.

La policía ha podido constatar que se venían dedicando al tráfico de hachís desde hace muchos meses y el sistema utilizado en esta ocasión lo venían empleando de manera casi sistemática. A raíz de las investigaciones que desembocaron en la operación, que finalizó la mañana del viernes en Ciudad Jardín, en Palma, se detectó que uno de los tres marroquíes se desplazó a la Ciudad Condal, parece ser para ultimar los detalles de la compra y 'puesta a punto' del turismo en el que después se camufló la sustancia estupefaciente. En ocasiones anteriores, cuando los alijos no eran detectados por la policía, los componentes de la red distribuían la droga entre pequeños 'camellos', muchos de ellos magrebíes, que la vendían directamente al comprador. En concreto, en Manacor, el punto de venta más conocido era la Plaça des Mercat. Los vendedores se situaban cerca de una cabina de teléfono, y cuando pasaba el comprador se hacía el intercambio del hachís por el dinero.