El fiscal pide penas que suman 11 años de prisión para cuatro
jóvenes que utilizaron una tarjeta de crédito ajena y extrajeron
hasta 12.675 euros en 21 movimientos bancarios realizados a lo
largo de tres días.
El 4 de octubre de 2002, Gonzalo F.V. encontró dicha tarjeta en
una sucursal bancaria situada en la calle 31 de diciembre de Palma.
Lo primero que hizo fue comprar bebidas, tabaco y hielo y fue a
cenar a un restaurante, pagando con la tarjeta después de
falsificar la firma del titular. Al comprobar que podía utilizarla,
avisó a Emilio E.A. y Daniel B.G.
En vista del hallazgo, los acusados se fueron a un club de
alterne de Palma donde se gastaron 1.427 euros. Ese mismo día se
añadió un cuarto colega al grupo, Lorenzo J.G., con el que fueron a
cenar y luego a otros dos locales de alterne de Palma, gastando más
de 500 euros. A tenor de las posiblidades que ofrecía la tarjeta,
la espiral de consumo fue creciendo y los jóvenes, militares de
profesión, comenzaron a comprar productos cada vez más caros. Entre
ellos figuran varios teléfonos móviles, cámaras de vídeo, cadenas y
anillos de oro e incluso un ordenador portátil. Precisamente, los
acusados fueron detenidos a raíz de las joyas de oro compradas, que
empeñaron, y que dieron una pista a los agentes de policía. El
fiscal considera los hechos como constitutivos de varios delitos de
estafa y falsedad y solicita cuatro años de prisión para Gonzalo
F.V., tres para Emilio E.A., y dos años para cada uno de los otros
dos acusados.
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