La Cámara hiperbárica de la Clínica Juaneda salvó ayer a un
submarinista francés que sufría graves problemas medulares de
quedar postrado en una silla de ruedas.
J.P.C.D., un turista francés de 62 años, se desplazó el viernes
por la tarde hasta Port Adriano, en Calvià, para practicar
submarinismo con su hijo, de una treintena de años. Los dos
buceadores descendieron con botellas a una gran profundidad, cerca
de la isla de El Toro, y cuando salieron a la superficie el de
mayor edad comenzó a sentirse mal. No había realizado la
descompresión de forma correcta, y comenzó a sentirse muy mareado,
obnubilado y con picores en las piernas. El centro de emergencias
del 112 recibió aviso de que el turista estaba en apuros y una
ambulancia se desplazó hasta Port Adriano, para atender al
submarinista. Al poco tiempo empezó a sentirse mejor y cuando pensó
que estaba restablecido decidió marcharse hasta su alojamiento, en
compañía de su hijo.
Sin embargo, horas después empezó a perder fuerza en las
piernas, sufrió parestesias e imposibilidad para orinar, por lo que
fue atendido en urgencias de la Clínica Juaneda. El doctor Serra,
que lo examinó, le diagnosticó una descompresión con afectación
neurológica, por lo que fue ingresado en la cámara hiperbárica que
regula el doctor Joan M.Batle. El oxígeno respirado a presión tuvo
efectos milagrosos para el submarinista y después de cinco horas
consiguió superar sus síntomas. Con todo, J.P.C.D. continúa en
observación, por si surgen complicaciones.
El pasado fin de semana un joven de 21 años, vecino de Palma,
murió ahogado cuando practicaba submarinismo en Port Adriano y el
año pasado un buceador que había descendido a gran profundidad
quedó paralítico porque salió a la superficie demasiado rápido. No
realizar la descompresión de forma correcta es muy arriesgado.
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