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La caída de un turista alemán en el ferry «Mercedes del Mar», cuando navegaba a unas diez millas al norte de sa Dragonera, podría estar relacionada con una apuesta y no con un accidente, tal y como se pensó en un principio.

Pasajeros mallorquines del barco de Iscomar, que cubría la ruta entre Palma y Barcelona, explicaron ayer que desde la propia naviera se les había facilitado esta versión. El buque llegó a la ciudad condal con más de cinco horas de retraso y, por consiguiente, también salió hacia Mallorca con un horario muy distinto al previsto. Este periódico se puso ayer en contacto con la empresa propietaria del buque en Barcelona, y una portavoz confirmó que al parecer algunos de los implicados en la «caída» iban bajo los efectos de las bebidas alcohólicas.

La búsqueda, en la que participaron helicópteros, aviones y embarcaciones de Salvamento Marítimo, se canceló ayer, al comprobarse que no faltaba nadie del pasaje. El ferry se detuvo a unas tres millas de Estellens, según explicó ayer una testigo que vio el barco desde un conocido restaurante de aquella localidad: «Todos mirábamos qué estaba pasando y estuvo varias horas delante de la costa». El alemán que cayó iba con tres amigos.