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J.JIMÉNEZ/P.MATAS
«Nos hemos enterado por el periódico y realmente es un drama. La pareja tenía tres hijos, que de la noche a la mañana se han quedado sin madre y también sin padre». Vecinos de Santa Maria, donde vive parte de la familia de Josefa Rodríguez, se mostraron ayer muy apesadumbrados por la noticia del crimen de es Vivero.

La hermana de la fallecida, su cuñado, sus sobrinos y otros familiares residen en Santa Maria, y al parecer también la madre de Josefa. La víctima mortal nació en Santa Eugènia, pero también tenía mucha relación con aquella localidad. «Son muy buena gente y nos hemos quedado de piedra cuando hemos sabido la noticia», contaron unos vecinos de la calle Josep Capó, a la entrada del pueblo. En el bar Es Comerç también fue muy comentada la noticia: «Por aquí viene el cuñado y estamos todos muy impactados».

Gregorio González Pozo tenía depresión y el jefe de su empresa, Agustín, contó ayer que últimamente le decía: «No sé que va a pasar», refiriéndose a la relación con su esposa, que se quería separar de él. El homicida contaba que ella tenía un amigo muy especial al que había conocido por internet, del que sentía celos muy intensos, y pensaba que su mujer lo estaba engañando. A pesar de que el matrimonio estaba a punto de romper y que las peleas eran continuas, parece ser que no existían denuncias por malos tratos. Sin embargo, si hay constancia de que la sometía a excesos verbales y acoso psicológico, «que también es otra forma de maltratar», según apuntaron en fuentes policiales.