Más de 600 ratas fueron retiradas de las aguas costeras de Palma
durante el pasado fin de semana, coincidiendo con la llamada «gota
fría».
Las intensas lluvias que registró la ciudad el sábado 20 de
agosto inundaron una buena parte de la red de alcantarillado, con
un resultado de multitud de roedores muertos que acabaron en el mar
a través de desagües y emisarios.
Fuentes de la Conselleria de Medi Ambient han informado de que
las dos barcas de limpieza de las aguas del litoral que trabajaron
ese fin de semana en Palma recogieron, entre ambas, 311 kilos de
residuos, de los que 227 eran «orgánicos», es decir, restos
animales. Normalmente, los residuos retirados más habituales son
los plásticos, pero, en aquellos dos días, los «orgánicos»
superaron ampliamente a los plásticos, las maderas y otros
materiales. Las mismas fuentes admitieron que casi todos los
«orgánicos» de ese fin de semana eran ratas muertas.
A partir de esos datos, se puede deducir que las ratas retiradas
fueron más de 600, teniendo en cuenta que el peso medio de un
roedor de cloaca es de unos 300 gramos.
En la labor de retirada de todos esos animales también
participaron efectivos de la empresa pública palmesana Emaya para
evitar que sus restos acabaran en playas del municipio. A pesar de
ese fenómeno puntual, no existe ningún riesgo sanitario para la
población.
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