Hoy por la mañana está previsto que se le practique la autopsia
en Manacor. Cuando fue hallado el cadáver, a la una y cuarto de la
madrugada de ayer, llevaba unas diez horas muerto, lo que implica
que el asesinato tuvo que cometerse sobre las 15.00 horas del
lunes. La hipótesis principal es que el cocinero no fue sorprendido
por el atacante, sino que ya estaba dentro -presumiblemente
invitado por Pedro- cuando empezó la discusión y después la pelea.
La cocina y la sala, de reducidas dimensiones, estaban revueltas, y
había sangre en el suelo y las paredes. El robo está prácticamente
descartado porque la víctima no tenía dinero en casa. «A veces
dejaba a deber el café porque no tenía ni un euro», contó ayer la
encargada de un café.
Otro vecino recordó que «en los últimos meses había días que no
tenía ni para gasolina». Lo más llamativo es que la familia de
Pedro Bonnín era adinerada y él heredó de su padre, «L,amo en
Perico», propiedades y casas. Era aficionado al juego y tenía un
relación bastante peculiar con su esposa, de la que se separó hace
tres años. La fortuna se le esfumó de las manos y le embargaron la
casa familiar de la calle sa Sorteta, en Artà.
Una panadería que regentaba en Sant Llorenç también cerró y
acabó malviviendo en una caseta de unos 20 metros cuadrados, sin
electricidad y en condiciones higiénicas precarias. Era un buen
cocinero y medio año, en temporada alta, estaba contratado en un
hotel de Cala Rajada. Por su casa pasaban últimamente amigos
jóvenes, algunos de ellos magrebíes (como el que ayer encontró el
cuerpo). El alcalde de la localidad. Rafael Gili, explicó que el
fallecido vivía solo y que murió apaleado y acuchillado.
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