Los funcionarios de Aduanas tenían ayer muchas horas por delante
para culminar un trabajo que se inició ahora hace un mes. Los
agentes, con el barco apresado en el mismo puerto de Eivissa, cerca
del monumento a Los Corsarios, tenían pendiente no sólo el
interrogatorios de los detenidos sino también llevar a cabo nuevos
registros en el interior del buque, lugar donde, por el momento, se
han hallado 119 fardos de unos 30 kilos cada uno.
El Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), en una operación
realizada exclusivamente por agentes de Eivissa, continuaba ayer
las investigaciones para aclarar el destino final -incluido
Balears- de un alijo que presumiblemente se cargó días atrás en la
costa marroquí. El pesquero llevaba a bordo dos lanchas neumáticas
equipadas con motores fueraborda de 40 caballos.
El capitán del «Quiet Waters» es un galés de unos 40 años que
iba acompañado por otros tres británicos, dos de su misma edad y un
tercer marinero de unos 22 años. El quinto tripulante, un magrebí
de mediana edad, se cree que había embarcado con la finalidad de
controlar que se hacía entrega de la droga en el lugar convenido,
según explicó el máximo responsable del SVA en Eivissa, Ernesto
Carvajal. La embarcación contrabandista no tenía un puerto fijo
conocido, aunque Carvajal precisó que Aduanas tiene noticias de que
este mismo barco había sido visto recalando varias veces en
Alicante. Carvajal aclaró que ello no significaba que el «Quiet
Waters» no hubiera podido ser utilizado por otras personas como
simple barco de recreo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.