Unos cachemires tratan de recuperar el cuerpo de un niño de diez años de entre los escombros de lo que era su casa.

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Tres días después del seísmo que causó decenas de miles de muertos y dejó cuatro millones de personas sin hogar en Pakistán, sigue la búsqueda de supervivientes, pero la dificultad de acceso al área devastada reduce las esperanzas. La destrucción causada por el seísmo, sin precedentes en la corta historia de Pakistán, ha sobrepasado los peores augurios pues ya se calcula que ha podido costar la vida a 40.000 personas, aunque el Gobierno de Islamabad sigue hablando de 20.000. El terremoto barrió decenas de pueblos de Cachemira y la vecina provincia de North West Frontier, mató a granjeros, albañiles, soldados y escolares, y provocó aludes de tierra que han bloqueado carreteras y están dificultando las tareas de rescate.

La ciudad más afectada es Muzzaffarabad, capital de la zona paquistaní de Cachemira, en la que estuvo el epicentro del seísmo de 7,6 grados en la escala de Richter y donde murieron 11.000 personas. En la ciudad de Balakot, el 90 por ciento de sus edificios han desaparecido y se cree que no hay apenas supervivientes. Se calcula que en North West Frontier murieron más de 10.000 personas, mientras en Cachemira la cifra de víctimas puede ser de 30.000. Mientras la ayuda internacional se moviliza, el Govern, a través de La Dirección General de Cooperación envió ayer, mediante la Agencia Española de Cooperación, 400 kilogramos con material médico de primeros auxilios hacia la zona del noreste de Pakistán.

Por parte de Bomberos sin Fronteras, Joan Rosselló, sargento del Cos de Bombers de Palma, parte hoy desde Madrid hacia Pakistán con otros miembros de esta ONG. Rosselló dijo ayer tarde a Ultima Horaque tiene previsto llevarse 150 kilos de material para los rescates, y que la compañía Britis Ayrways, con la que tiene que volar, «me ha dicho que no me cobrarán 50 kilos, pero del resto tengo que pagar 3.700 euros de ida y otros tantos de regreso». Rosselló trataba anoche de solucionar el problema. En la India, a menos de cien kilómetros del epicentro del terremoto, cientos de personas recorrían ayer Uri, una de las zonas mas afectadas, exigiendo a gritos ayuda inmediata para sus pueblos aislados en las montañas.