La Audiencia de Palma ha impuesto una condena de «nueve meses de
prisión, que se sustituye por la de dieciocho meses de multa (con
cuota diaria de seis euros) y a la de 100 euros de multa,
sustituible en caso de impago derivado de insolvencia por diez días
de responsabilidad personal» a tres personas que venían dedicándose
al tráfico de drogas en el poblado de Son Banya. Los condenados son
Francisca Cortés Picazo, de 50 años; su marido, Francisco Pulet
Rodríguez, de 47 años; y la hija de la primera, Manuela Fernández
Cortés, de 32 años.
La sentencia dada a conocer ayer indica que Francisca Cortés
vendió cuatro papelinas de heroína el 7 de mayo de 2003 en el bar
de su propiedad en Son Banya, y tres papelinas de cocaína a otra
persona en la calle Dos de dicho poblado el 23 de mayo. Francisco
Pulet, que ya había sido condenado anteriormente a 10 años de
cárcel, vendió en el mismo bar cuatro papelinas de heroína el 31 de
mayo de 2002 a cambio de 60 euros. Manuela Fernández vendió el 11
de junio de ese año una papelina de cocaína a cambio de 30 euros.
Se da la circunstancia de que el bar estaba cerrado al público por
esas fechas pero la droga se vendía a distintas horas del día. El
fiscal y los abogados de los tres procesados pactaron la condena y
el juicio no llegó a celebrarse en la Sección Segunda de la
Audiencia de Palma.
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