No es lo mismo. El día 11 de octubre no es, lógicamente, el 12,
festividad del Pilar. Y por ese motivo la fiesta de la Guardia
Civil adelantada ayer en la Comandancia de Palma fue fría y
desangelada. Era día laborable, y se notó demasiado.
Los actos de la Patrona del Cuerpo se iniciaron a las doce del
mediodía, con una misa en el patio. A continuación el coronel
García Peña, el nuevo jefe de la Comandancia, leyó un breve
discurso. Recordó que la institución es «un garante de las
libertades», al servicio de los ciudadanos. Luego pidió
«comprensión» a los medios de comunicación cuando el derecho a la
información «y en especial la primicia informativa» choca con el
secreto de sumario o la investigación policial. El delegado del
Gobierno, Ramón Socías, destacó «los altos niveles de eficacia» de
la Guardia Civil y opinó que aporta «sensación de seguridad». Tras
los discursos se impusieron las medallas al mérito.
Los condecorados de este año son: el capitán Rafael Real, los
guardias civiles Benjamín Esteras, Juan Fernández, Pablo Urbina,
Juan Gil, José Rodríguez, el alférez Juan Antonio toro, los
sargentos Tomás Sastre, Juan Martínez y Guillermo Lago, el cabo
primero Àngel David Costa, los guardias Víctor Àlvarez, Juan José
Sánchez y Manuel Balea. Del Ejército del Aire fue distinguido el
brigada Mario Ruiz y del personal benemérito que pasa a reserva
Enrique Vallejo y Lorenzo Lladó.
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