30/10/05 0:00
A sus 72 años, el mallorquín Pedro Colí no ha tenido unas vacaciones de jubilado. Y su mujer tampoco. La pareja, que reside en Palma, ha regresado de Miami y Orlando, donde vivieron los efectos del huracán «Wilma» y ha contado su experiencia a Ultima Hora.
La mujer del septuagenario palmesano se desplazó hasta Fort Lauderdale, a 70 kilómetros de Miami, en compañía de su hermana. Allí fue precisamente donde pasó el ojo del huracán y las dos mujeres pasaron días de mucho miedo. «El martes nos cerraron el hotel de Miami Beach y tuvimos que buscar otro. Lo más curioso de todo es que en esa parte de EEUU la gente ya está acostumbrada a los desastres naturales y no había psicosis o histeria colectiva. Al contrario, parecían tranquilos, aunque lógicamente tomaban sus medidas de precaución», contó Pedro. En las gasolineras había colas de tres y cuatro horas para repostar «y los supermercados de Orlando estaban cerrados». Por las calles había «árboles caídos y ramas por todos lados» y las autoridades decretaron el toque de queda para que la situación no se les fuera de la mano. Al final, tras muchas tribulaciones, la pareja mallorquina consiguió regresar el viernes a la isla. No eran las vacaciones que habían soñado. Tampoco pudieron hacer mucho turismo. Pero al menos pueden contarlo.
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