TW
0
EMILIO LÓPEZ VERDÚ «Está todo colapsado; no podemos hacer nada; no podemos llegar». Esta frase de la policía local de Palma en plena tromba es sólo una de las muestras de la angustia provocada por una tempestad que arrasó media Mallorca y que dejó tras de sí, además de numerosos daños materiales, un sinfín de situaciones límite.

Una de las consecuencias más graves la vivió el conductor de una moto que tuvo la desgracia de sufrir un accidente cuando circulaba por la calle Aragó de Palma, a la altura del número 157. El joven sufrió una grave herida en la pierna justo antes de que comenzase a caer la lluvia. Una patrulla de la policía local le prestó los primeros auxilios a la espera de una ambulancia que no llegaba nunca.

A medida que el nivel del agua iba subiendo, los agentes y varios viandantes se vieron obligados a elevarle la cabeza para que no se ahogase, contraviniendo muy a su pesar la regla de que no debe moverse a un herido grave. «Se iba poniendo azul, no podíamos hacer nada, sólo colocar mochilas debajo de la cabeza mientras soportaba a duras penas el dolor. Multitud de ciudadanos se agolparon en la zona, y varios de ellos llamaron por teléfono al servicio de emergencias para acelerar la llegada de la ambulancia, que se presentó en el lugar una hora y media más tarde del accidente.

En la plaza Porta d'es Camp de Palma, una mujer quedó atrapada en el interior de su coche junto con sus dos hijos pequeños en medio de la tromba. El nivel del agua en el interior del coche comenzó a subir y su situación se iba haciendo cada vez más apurada, aunque finalmente pudieron ser rescatadas sin sufrir daños.

En s'Arenal tuvo lugar una anécdota menos dramática. Varios ladrones atracaron una gasolinera. Tras llevarse su botín, se dieron a la fuga en un coche con un desperfecto en un parachoques, justo cuando comenzaba a diluviar. La tormenta creó un inmediato colapso de tráfico, y los ladrones quedaron literalmente «atrapados» en el caos. Gracias a esta inesperada circunstancia, la policía pudo identificar el coche dañado y dar captura a los ladrones.

Entre los afectados se encontraban también los usuarios de las instalaciones deportivas de Palma. En Son Moix, el techo de uralita de la piscina voló por los aires ante la aterrada mirada de varios nadadores, que fueron evacuados sin problemas con la ayuda del personal del centro.

A tan solo unos metros de distancia, los miembros del equipo del Drac Palma de voley tuvieron que interrumpir bruscamente su partido contra el Lennik belga, al reventar varias cristaleras del pabellón y quedar todo el parqué inundado. Esta circunstancia ha provocado la suspensión del partido que el equipo mallorquín debía disputar contra el Alicante.