La tremenda tempestad dejó una secuela de al menos 20 heridos. El peor parado fue un vigilante de seguridad de las obras de Son Espases que estaba en el interior de una caseta que «voló» como consecuencia de una de las rachas de viento. El trabajador quedó atrapado con múltiples fracturas y un corte en un brazo. Tras arduas tareas de rescate, el herido fue trasladado a una ambulancia del 061 con graves fracturas y las constantes vitales muy débiles. A media tarde, fue trasladado en estado crítico a Son Dureta, donde le amputó un brazo. También en Son Espases resultó herido otro vigilante, aunque de menor consideración.
Otro punto muy conflictivo fue la carretera de Valldemossa, a la altura de Emaya. En este punto, una torre de alta tensión cayó a la vía y se produjo una colisión entre unos 50 vehículos, con algunos heridos leves. En este lugar, el conductor de una camión de Emaya sufrió heridas cuando una rama se estrelló contra su parabrisas.
En el McDonalds de Son Dameto, un rayo arrancó de cuajo el enorme cartel del restaurante de comida rápida, que acabó estampándose contra un vehículo. En él viajaban dos niños de unos siete años, que sufrieron diversas heridas y fueron trasladados a un hospital por el Samib.
En la calle General Beorlegui, dos chicas resultaron heridas, después de que un muro cayese sobre el coche en el que circulaban.
En Can Valero, donde la tormenta dejó un rastro de destrucción, al menos seis trabajadores resultaron heridos de distinta consideración.
En la Llar de la infància de la calle General Riera, otras dos personas resultaron heridas cuando varias cristaleras del edificio estallaron debido al fuerte viento. Uno de ellos fue un trabajador, que tuvo que ser ingresado en un centro sanitario, y el otro es un interno.
Asimismo, en Santa Ponça una mujer tuvo que ser trasladada en una UVI móvil con una brecha en la cabeza, tras sufrir el golpe de una rama de un árbol caído.
Evacuado el Psiquiátrico
Por otra parte, una fuga de gas provocada por la caída de árboles sobre las tuberías de conducción obligó a desalojar, durante una hora aproximadamente, a medio centenar de pacientes y 15 trabajadores del pabellón de Psicogeriatría del Hospital Psiquiátrico de Palma, según informó el conseller de Salut, Vicenc Thomas, durante la visita que realizó a ese centro asistencial para ver el estado en el que se encontraban los pacientes y el hospital.
En torno a las 18.30 horas la caída de un árbol abrió una tubería de gas generando una fuga importante en el pabellón psicogeriátrico que provocó su desalojo inmediato.
Los pacientes y trabajadores que se encontraban en este área de hospital fueron trasladados a otras instalaciones del centro mientras llegaban los técnicos para reparar la fuga de gas, la cual estuvo resuelta en una hora, aproximadamente, sin que hubiese ningún herido.
Tras la reparación, los enfermos pudieron volver a su pabellón junto con los empleados y se restableció la actividad normal de este centro psiquiátrico.
La Conselleria de Salut informó, asimismo, que pacientes de los hospitales de Son Dureta, Sant Joan de Déu, Inca y Son LLàtzer tuvieron que ser trasladados a otras áreas de las instalaciones sanitarias, debido a las inundaciones que se detectaron en varias alas de los centros sanitarios a consecuencia de la fuerte tormenta que azotó la isla durante la tarde de ayer. Thomàs precisó que se había movilizado todo el sistema sanitario para facilitar la atención a los afectados, en colaboración con la Cruz Roja de Balears.
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