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AGENCIAS El titular del juzgado de instrucción número 2 de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) tomó declaración ayer a la víctima, al agresor y al testigo del ataque racista ocurrido el pasado día 7 en un tren de los Ferrocarriles de la Generalitat contra una menor ecuatoriana, y que fue captado por las cámaras de seguridad.

La declaración de la menor, acompañada por su abogado, duró dos horas y cuarto aproximadamente. A la salida del juzgado, el abogado de la ecuatoriana evitó pronunciarse y el del agresor dijo confiar en la justicia, «a pesar del circo mediático».

Posteriormente a la declaración, la víctima fue sometida a un reconocimiento médico por un forense, según fuentes judiciales consultadas, para conocer los alcances de la agresión y en base a estos resultados el juez adoptaría su decisión.

A las dependencias del juzgado de Sant Boi de Llobregat, cuyas puertas estaban colapsadas de cámaras de fotografía, de televisión y periodistas, también asistió el único testigo que había en el escenario del ataque racista, un joven de nacionalidad argentina. Al parecer, este joven, que se presentó espontáneamente en las dependencias de la policía autonómica, no tendría papeles que le autorizaran a residir legalmente en España.

La joven agredida, el agresor y el testigo fueron atendidos en dependencias totalmente separadas para que no pudieran tener ni siquiera un contacto visual.

El cónsul de Ecuador en Barcelona, Fredy Arellano, afirmó ayer que la menor está afrontando «con mucha valentía» la situación porque «no quiere que esto le vuelva a suceder a nadie, sea de la nacionalidad que sea».

En declaraciones a los medios de comunicación en el exterior de los juzgados de Sant Boi, Fredy Arellano mostró su agradecimiento «por el apoyo que ha mostrado la sociedad catalana».

El cónsul ecuatoriano añadió que la víctima y su familia son «optimistas», aunque sufren problemas psicológicos, por lo que reciben apoyo médico de la Generalitat y del consulado.

Arellano, que ayer asistió al Parlament de Catalunya, donde se aprobó un manifiesto de condena de la agresión, subrayó que éste «no es un caso mayoritario, ya que Catalunya -dijo-, «tiene mucho de solidaria y ha ayudado a muchos ecuatorianos, pero sí que hay una minoría con tintes racistas».